XVI

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Con determinación SeokJin se movía por la habitación del bebé, cuidadosamente organizando cada detalle mientras su vientre, ya redondeado por el crecimiento de su hijo, era una dulce promesa de vida en medio de la incertidumbre. Con cada pliegue de tela y cada juguete colocado en su lugar, podía sentir la anticipación y el amor que fluían a través de sus manos.

A pesar de sus esfuerzos incansables como maestro personalizado, Seokjin sabía que sus ingresos apenas alcanzaban para cubrir los gastos básicos. Había renunciado a su trabajo en la universidad, una decisión que lo había llevado a ajustar su estilo de vida y a buscar nuevas formas de sustento.

Jungkook, siempre presente en su vida desde aquella noche, ofrecía su ayuda de manera incondicional. A veces, entre sus clases universitarias y su trabajo como mesero, encontraba tiempo para acompañar a Seokjin en sus diligencias, llevándole pequeños obsequios que compraba con su magro salario. Cada gesto de Jungkook era un recordatorio de que no estaban solos en esta travesía, sino que juntos encontrarían la fuerza para superar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino hacia la felicidad y la familia que estaban construyendo juntos.

El día a día de Seokjin se convirtió en un recordatorio constante de las pérdidas que había sufrido debido a su infidelidad pasada. Namjoon, una vez su compañero más cercano, se había alejado y había encontrado consuelo en los brazos de otra persona, dejando a Seokjin atrás en un mar de arrepentimiento y soledad.

Sus amigos, aquellos en quienes confiaba y compartía risas y secretos, se distanciaron gradualmente, dejando a Jimin y Jiwon como las únicas luces en su vida. Cada fiesta a la que asistía se convertía en un campo minado de críticas y miradas de desaprobación, hasta que finalmente decidió retirarse por completo de ese mundo de juicios y falsas sonrisas.

Pero quizás lo que más le dolía era la mancha en su reputación profesional. La universidad a la que había renunciado lo dejó en un mal prospecto, y su currículum estaba marcado por esa falla, una sombra que parecía seguirlo a cada paso que daba en su búsqueda de redención y perdón.

En medio de este torbellino de pérdida y dolor, Seokjin encontraba consuelo en los pocos que quedaban a su lado, aferrándose a la esperanza de que algún día podría reparar los errores del pasado y encontrar un nuevo camino hacia la paz y la redención.

Tras sonar el timbre y un "adelante" de parte del castaño Jungkook entró en la casa de Seokjin con una bolsa llena de comida y varios regalos envueltos con esmero para el bebé. Al ver al embarazado recostado en el sofá, con una expresión cansada pero serena, se acercó con una sonrisa suave en los labios.

— Hola, Jin hyung. ¿Cómo estás hoy? —dijo el azabache dejando las cosas en la mesa.

Sorprendido Seokjin levantó la mirada, por la presencia de Jungkook y el brillo de anticipación en sus ojos.

— Hola, Kook. Qué sorpresa agradable. Estoy bien, gracias. Solo un poco cansado. —respondió Seokjin viendo los regalos en la mesa junto a la comida.

Jungkook asintió con comprensión y depositó la bolsa en la mesa frente a Seokjin, sacando cuidadosamente los regalos uno por uno.

— Bueno, traje algo de comida para que no tengas que preocuparte por cocinar esta noche. Y también algunos regalos para el pequeño. Pensé que podría gustarte esto. —Jungkook extendió un suave juguete de peluche hacia Seokjin.

Seokjin tomó el juguete con cariño, una sonrisa jugueteando en sus labios mientras lo acariciaba con ternura.

— ¡Oh, es adorable! Gracias, Jungkook. Realmente aprecio tu amabilidad. —expresó Seokjin.

Jungkook sonrió, sintiendo un calorcito en el pecho al ver la felicidad en el rostro de Seokjin.

— De nada, Jin. Estoy aquí para lo que necesites. Si hay algo más que pueda hacer, solo tienes que decirlo. —aseguró Jungkook.

The theacher|| Kookjin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora