Capitulo 2.

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Había llegado a la empresa y como siempre, todas las miradas estaban sobre él. Sabía lo que decían del pobre chico en silla de ruedas y del gran ser bondadoso que era el señor Jung al darle trabajo a alguien como él.

Hipócritas.

Todos eran unos malditos hipócritas.

Se dirigió hasta el ascensor y pulso el botón para que se abriera y pudiera entrar, pero antes de poder llegar a su piso las puertas se abrieron.

— No puedes entrar. — dijo sin mirar a la persona frente a él

— Oh, lo siento. — escucho una voz cantarina que lo irritó y alzó su mirada para ver unos ojos azules como el mar.

Le dedico una mala mirada al chico y presionó el botón nuevamente, pero antes de ser cerrado el ojo azul entro.

— Te dije que no podías entrar. — le miró con enojo.

— Lo siento, de verdad necesitaba huir de Jongin.

—Jongin es un idiota. — murmuró.

— Lo sé. — sonrió. — Soy Park Jimin.

— A claro, el chico rubio oxigenado del que todos hablan

— Oye! No soy rubio oxigenado, mi cabello es natural.

— Claro y yo puedo caminar
— dijo sarcástico y con amargura haciendo que el otro chico se quede en silencio.

— Eres muy grosero. — murmuró Jimin con un ligero puchero.

— Vaya, que gran descubrimiento. — fue lo último que dijo cuando las puertas se abrieron y al fin pudo salir de ese lugar, pero fue seguido por el rubio al que miró.

— No te estoy siguiendo, bonito. — dijo mirando su celular. — ¿Sabes en donde queda el estudio del Capitxn?.

— Búscalo tú y pobre de ti donde me vuelvas a llamar asi. — dijo de mala gana poniendo el código de su estudio y dejando al pobre rubio con la boca abierta.

¿Por qué le tocaba encontrarse con puras personas insoportables?.

🌙

Jimin miraba la puerta negra que había sido cerrada en sus narices.

¿Que le costaba al chico bonito decirle a dónde ir?

—¿Park Jimin? — escucho la voz de alguien y miro hacia el costado en donde un chico lo miraba.

— Soy Jang Yi Jeong .

— Claro, el Capitxn. — camino a él. — Disculpa sabes porque el chico de ahí. — señalo la puerta.— es tan gruñón? — hizo un puchero entrando al estudio.

— La verdad que no, lo conozco desde hace 3 años y siempre ha sido asi. Aunque debo decirte que tarde mucho tiempo para agradarle y poder trabajar juntos.

— Ya veo. — asintió. — bien ¿Que tienes para mí?.

Ambos estuvieron hablando de música durante 2 horas, ambos amaban lo que hacían por lo que no se dieron cuenta de cuánto tiempo estuvieron abortos en ello.

— Y podríamos agregarle este ritmo y podrían incluirle alguna coreografía.

— Me gusta. — Jimin sonrió mirando la pantalla. — Háblalo con el señor Jung y si lo acepta yo estaré feliz de incluirlo en el álbum.

— Perfecto.

— Gracias por trabajar muy duro. — hizo una reverencia y salió encontrándose de nuevo con el chico pálido quien se dirigia a las puertas del ascensor y solo cuando entro se dio cuenta de la presencia del rubio.

— Dios, ¿Que hice para merecer esto? — dijo arto.

— Eres un amargado. — Jimin por supuesto que entró.

— Mira, rubiecito.

— Uy, así me gustan los chicos, rudos. — le guiño un ojo al pálido.

— Vete a la mierda.

— ¿Me acompañas? — sonrió desapareciendo sus ojos en dos medias lunas, dejando sin palabras al pálido.

Iba a decir algo cuando las puertas fueron abiertas nuevamente dejando ver a Jongin quien lo miró con una gran sonrisa ignorando la presencia de Yoongi.

— Al fin te encuentro bebé.

— No puedes entrar. — se puso frente a la puerta. — toma el siguiente ascensor.

— Claro que puedo entrar bebé, no quieres mi compañía?.

— Jamás, estoy con alguien mejor, gracias. — lo empujó por el hombro alejándolo de la entrada pulsando el botón para que la puerta se cerrará.

—¿Te refieres a eso? — ahora sí miró a Yoongi.

— Vete a la mierda. — respondió tosco el pálido.

— Largo o llamaré a Hoseok. — amenazó.

— Ese niñato no va a hacer nada, es un estúpido, tonto y por supuesto muy ingenuo. Si no, no le hubiera pasado lo que le pasó. — se burló.

— No hables así de mi hermano, hijo de puta. — murmuró con molestia Yoongi sorprendiendo a los presentes.

—¿H-hermano?. — pregunto Jimin.

— Podré estar en esta maldita silla de ruedas, pero conozco el punto exacto para destruirte. ¿Crees que lo eres todo por tener esa cara y ese cuerpo? — sonrió de lado. — Tronando los dedos "este" — se señalo así mismo. — puede destruir tu carrera en cuestión de segundos, así que LAR- GO. — dijo con seriedad mirando al castaño quien le dio una mirada y luego otra a Jimin como amenaza y se dio la media vuelta y se fue.

— Dios! gracias. — suspiro.

— No lo hice por ti, estoy arto de todos. — dijo sin mirar al rubio para salir del ascensor.

—¿ A dónde vas? — pregunto Jimin deteniendo las puertas.

— Lejos de ti. — continuo con su camino.

Colorful - JIMSU Donde viven las historias. Descúbrelo ahora