Yang Jungwon sabía grabar y editar.
Park Jay sabia tocar la guitarra y cantar.
Dos chicos completamente diferentes, la misma noche, en el mismo bar.
● Historia de mi autoria
● Completamente mía
● Cualquier parecido es mera coincidencia.
● Historia...
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Yang Jungwon, su cabello color castaño combinaba a la perfección con sus ojos del mismo color, resaltaba la forma de ellos dando el aspecto de un gato. La línea al final daba tenía la similitud de un delineado; que lo hacía lucir demasiado guapo, era su fuerte junto a cada hoyuelo en sus mejillas.
Su vida social se reducía a Lee Heeseung, su mejor amigo desde que dejó el pañal. Era hijo único y vivía con su madre; y su perrito llamado Maeumi.
El castaño siempre fue aquel chico que las madres ponían de ejemplo a sus hijos, buenas calificaciones, buen comportamiento, nunca salía de fiestas, estudiaba cinematografía en una de las mejores universidades, Jungwon era perfecto a los ojos de todos, excepto a los de su madre.
Park Jay, bueno... él era un adicto al cigarro, música y chicos lindos.
Jay era el mal ejemplo para las madres.
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