Yang Jungwon sabía grabar y editar.
Park Jay sabia tocar la guitarra y cantar.
Dos chicos completamente diferentes, la misma noche, en el mismo bar.
● Historia de mi autoria
● Completamente mía
● Cualquier parecido es mera coincidencia.
● Historia...
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El gran y alargado suspiro se escucho por toda la calle - casi solitaria-. El castaño recogió el cabello de su frente mientras cerraba los ojos, suspirando nuevamente, la llegada de la primavera trajo consigo un calor como el mismo infierno y eso lo estaba poniendo de mal humor.
Era viernes y estaba cansado, pudo haber pasado todo el día dentro de su habitación si no fuera por los estúpidos exámenes que tenia que presentar.
La universidad era horrible en esas épocas llenas de calificaciones, estudiar si quería obtener buenas notas, aunque nunca le fue tan difícil ser uno de los mejores de su clase, pero ahora, se sentía frustrado.
A pesar de sus pantalones cortos y camisa de manga corta, sentía su cuerpo quemar, observo la tienda de conveniencia al otro extremo de la calle.
Acomodo su mochila sobre sus hombros mientras cruzaba, necesitaba algo fresco.
La sensación de vibracion de su telefono, en su pantalón junto al de su pie tocando aquel primer escalón antes de adentrarse lo hicieron detenerse.
Saco su teléfono móvil observando la notificación en la pantalla de inició.
"Aniversario de Papá"
Se podía leer en la pantalla, aquel recordatorio que llegaba cada año, su cuerpo se quedó inmóvil, su pie seguía en el mismo lugar y su pecho se sentía oprimido. Recordaba demasiado bien aquel día, pero aun así mantenía la fecha marcada en el calendario, soltó un gran suspiró de nuevo mientras retenía las lagrimas en sus ojos, extrañaba tanto a su padre.
Bloqueo la pantalla guardando de nuevo aquel aparato electrónico en su bolsillo, donde previamente lo había sacado, en su pantalón. Limpio las lágrimas, que habían logrado escapar, de sus mejillas, suspiró por incontable vez y camino directo a la entrada.
Dentro del lugar pudo sentir el aire fresco, se sintió un poco mejor, camino hasta la sección de helados tomando el de frutos rojos, era su favorito, y el último.
Eso podría hacerlo sentir mejor.
El bote de helado fue puesto en el mostrador donde se encontraba un chico que parecía odiar su vida.
Ni siquiera hablo, solo le mostro el previo que debía pagar en la pantalla, Jungwon asintió buscando su billetera en sus bolsillos.
No estaba.
Genial, su día no podría ir más de mierda.
— Lo siento, lo regresare a su lugar — el castaño musito apretando fuerte sus párpados para no llorar ahí mismo, todo se le estaba complicando ese día.
