Yang Jungwon sabía grabar y editar.
Park Jay sabia tocar la guitarra y cantar.
Dos chicos completamente diferentes, la misma noche, en el mismo bar.
● Historia de mi autoria
● Completamente mía
● Cualquier parecido es mera coincidencia.
● Historia...
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El peliblanco sintió aquel flash cegar su vista, era fuerte, demasiado realmente, logro que por varios segundos hubiera una visión algo distorsionada, y la oscuridad de aquel bar, lograba aún más aquella sensación. Levantó su rostro observando a la multitud que aplaudían y cantaban con él, busco entre todas las personas, a aquel dueño de la cámara.
Antes de siquiera encontrarlo, pudo ver a su primo; había ido, lo que significaba que había una leve posibilidad de que aquel castaño también estuviera ahí. Sonrió, logrando que otro flash cegara su vista, en ese momento fue cuando lo vio. Lucia tan malditamente lindo, que sintió su cuerpo desfallecer; él estaba ahí, esa noche, escuchando la melodia que Jay tocaba en su guitarra, la letra que salía de sus labios. Jungwon lo estaba viendo, por primera vez en años, el castaño lo veía a él, ¡y solo a él!. Era la mejor noche de su vida.
Sus dedos se movían por impulso sobre las cuerdas de aquella guitarra eléctrica, llevaba tantos meses, días, noches, semanas, tocando la misma canción, que la sabía de memoria, podía hacerlo incluso con los ojos cerrados. Las paredes del lugar lograban que la melodía se quedará estancada ahí dentro, la misma canción sonó tanto tiempo, esperando ser escuchada a quien iba dirigida, y esa noche, el cometido había sido logrado.
En los recuerdos más antiguos de Jay, estaba, Jungwon le susurro a Heeseung su canción favorita del momento. Shout out, así que cuando volvió a tocar la guitarra, fue la primera que aprendió, esperando una vez más, que el castaño la reconociera. Aunque esa noche, realmente Jungwon no pudo distinguirla, durante su adolescencia se obsesionaba cada semana con alguna nueva, así, que en sus recuerdos no estaba muy grabada.
— Muchas gracias a todos — La música dejo de sonar, el último acorde dejo un eco por algunos segundos. — Recuerden, mi nombre es Jay, no vemos el próximo fin de semana aquí mismo.
Todos ahí sabían incluso su fecha de nacimiento, pero Jungwon, esta vez si tenía que recordar su nombre. Bajó del escenario, caminando hasta llegar a la pequeña sala donde descansaban todos aquellos que se presentaban esa noche en el bar. No pudo siquiera gritar de la emoción cuando la voz de su primo resonó, respiro fuerte.
— Jongseong-ah — la voz de Heeseung sonó por toda la habitación prácticamente vacía — Lo hiciste increíble. — El peliblanco levantó su rostro seguido de una sonrisa hacia el pelirrojo.
Trato de sonreír lo más calmado posible, seria muy vergonzoso si Jungwon notaba sus nervios.
— Lee, ¿como has estado? — ¿Lee?, nunca lo llamaba así, ¡seguro ahora Jungwon pensaba que era tonto!.
