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El otoño había llegado más rápido de lo esperado, al final y después de muchos días de insistir, Jungwon accedió a quedarse en el departamento de Park por un tiempo indeterminado

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El otoño había llegado más rápido de lo esperado, al final y después de muchos días de insistir, Jungwon accedió a quedarse en el departamento de Park por un tiempo indeterminado. Claro que el castaño no había aceptado los ruegos y súplicas del mayor sin poner condiciones de por medio, como, el se encargaría de al menos tres comidas a la semana, la limpieza sería equitativa, al igual que el pago de todos los servicios del hogar. Jay se negó al principio alegando que no era necesario que el castaño hiciera nada más que ser tan lindo como cada día, pero con la necedad y encantos del menor, el guitarrista terminó cediendo.

Todas esas semanas en casa de Park, no había tenido el mas mínimo contacto con Eun Ji, aquella mujer lo había sacado por completo de su vida, y Jungwon había hecho lo mismo.

La pequeña mochila que alguna vez estuvo escondida bajo su cama, estaba llena de fotografías viejas, memorias con videos que hasta el momento el menor no se había atrevido a observar. Pero no todo era malo, al fin había conocido el rostro de su madre biológica, las fotografías estaban desgastadas, pero podía apreciar un poco de sus facciones, y por fin pudo notar la descendencia de sus rizos.

Aquellas semanas con Jongseong habían sido más felices que los últimos años, definitivamente Jungwon, estaba viviendo el mejor momento de su vida.

Saco las llaves de su bolsillo, ingresando al departamento, había salido tarde de la universidad, así que estaba un poco cansado, todas las luces estaban apagadas y maeumi lo observaba sentado, antes fe mover su cola y correr hasta su dueño, dándole una bienvenida.



— Hola bonito, ¿Dónde esta Jay? — Habló hacia el canino, a pesar de que este no podía responderle. — ¡Llegue! — Gritó con la esperanza de que el rubio se encontrara en alguna parte del lugar.

Era viernes, y según las palabras de Jay, no tendría trabajo todo el fin de semana, así que habían planeado solo quedarse en el departamento a ver películas. Después de un rato sin respuesta por parte del guitarrista supuso que había surgido trabajo de imprevisto y había salido.

Dejo caer su mochila sobre el sofá, para posterior caminar hasta la cocina y tomar un poco de agua, todo estaba siendo exactamente normal, como cada día, pero algo dentro de su pecho, sentía una sensación extraña, como aquella vez que recibía un regalo y se sentía emocionado por ver su contenido. Estaba feliz, pero no sabía ni la más mínima razón del porqué.

Su teléfono vibro en su bolsillo, sacando este y sonriendo por el contacto en la pantalla.

"Seongie ♡"

Dejo salir un gran sonrisa antes de contestar la llamada.

Hola bonito, ¿Estás en casa? — No pudo evitar sonrojarse por el apodo, no era la primera vez que lo escuchaba, pero definitivamente siempre terminaba con la sensación de mariposas en su pecho, no, era mas bien,un zoológico entero.



Los versos de un tonto guitarrista - Jaywon -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora