27. Sorpresa Sorpresa.

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Estaba lista para salir, esperaba a Marem y Luna en la sala de nuestro pequeño departamento, faltaban exactamente 34 minutos para las 4.

Por lo que me quedaban 4 minutos restantes para asesinar a Luna y Marem si no salian dentro de ese lapso de tiempo, aún teníamos que pasar por la camioneta donde llegaríamos a el aeropuerto.

Nuestro vuelo salía en dos horas pero debías estar ahí con tiempo para el chequeo de pasaportes y el pesaje de las maletas.

— Si no salen ya los arrastrare, no me importa como estén vestidos.— advertí impaciente.

— Ya vamos Juana la loca— salio Marem de su habitación con su maleta en mano.

— Por fin, se arreglan como si fueran a conocer al amor de sus vidas— me queje de ellos.

— Eres una exagerada— se quejo Luna que de igual manera iba saliendo de su habitación.

— más les vale que no se les olvide nada porque ya no regresaré de nuevo— frunci el ceño en advertencia.

— Ya vámonos, sirve que paso a comprar golosinas antes de irnos, todo está caro en los aviones— Marem encabezó la marcha hacia la puerta de la entrada.

— Ya se! te lo venden como si se masticara solo— se quejo Luna.

Luego de 15 minutos pasamos a recoger la camioneta que conduciría Marem, nos subimos en cuanto la obtuvimos, luego de meter el equipaje a la cajuela.

— Joder, hace mucho no manejaba— me dijo, mientras yo ponía música, yo era el copiloto.

— Sisisi, ahora trata de no matarnos— le sonreí.

— Como decía mi abuela, lo que bien se aprende nunca se olvida— sonrió y arranco el auto dirigiéndose al Roller.

10 minutos después, nos encontramos fuera del Roller, quedamos así solo 5 minutos para irnos y llegar puntuales al aeropuerto.

De ambos en el carro mientras iba por Juliana y Matteo, al entrar se me hizo raro que no estuviera la puerta de la entrada abierta pero decidiendo no perder más tiempo no me puse a averiguar.

Cuando entre a la sala de la cafetería pude ver a todos los chicos ahí con maletas a sus lados y unas sonrientes caras, lo contrario a la mía, que estaba confundida.

— ¿Qué está pasado?— quise saber en cuanto llegue.

— Se que no nos invitaste a tu viaje a Alemania pero luego de lo que me dijiste, supuse que será un momento difícil para ti el estar allá sola, así que con los chicos nos pusimos de acuerdo y decidimos viajar contigo— dijo Lunita apenada, jugueteaba con sus manos.

— Luna, no era necesario de verdad— le sonreí.

— Lo es, nos has ayudado mucho desde que llegaste así que de alguna manera debíamos demostrar lo agradecidos que estamos contigo por haber ayudado tanto a cada uno de nosotros, no importa de que forma fuera, tu estabas ahí, así que es momento de demostrarte que nosotros también estaremos ahí para ti— sus ojos verdosos destellaban de felicidad y ahí pude ver a la Luna que tanto me describía Matteo cuando hablaba con él, sobre ella.

— Pero un momento, no compre boletos de más, y el hospedaje lo haría con mis padres— informe.

— No te preocupes por los boletos, sobre eso los pagamos entre todos, lo único importante sería el hospedaje porque para ser sinceros no tuvimos idea en dónde quedarnos.

— Veré si cabemos en casa de mis padres, sino, iremos a otro lugar, no se preocupen por ello, en cuanto al gesto, muchas gracias Luna, lo aprecio demasiado— sonreí apenada con unas lágrimas amontonadas en mis ojos, queriendo salir.

La chica nueva / soy lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora