22. Nuestro Lugar.

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Durante toda la semana nos mantuvimos concentrados en los ensayos del Roller, la coreografía salía de lo mejor, el ensayo general lo haríamos mañana y el vídeo lo grabaremos dentro de dos días, para la luz del día y la calle no estuviera tan transitada.

Los chicos cada día ponían más de su parte para llegar al horario acordado, ya no replicaban tanto como cuando llegue y eso era realmente bueno, los ensayos se hacían más amenos.

Incluso las personas que estaban peleadas comenzaban a arreglar sus diferencias, había más diálogo de ambos lados.

— Luna, la postura— dije mientras veía el ensayo, hoy fue mi turno, Juliana tuvo que hacer un trámite sobre el Roller y me dejó a cargo del Roller y los entrenamientos, Nico y Pedro se encargan de la cafetería mientras termino esto.

— Simón, estás retrasado 3 tiempos, coordinate— señale.

— Matteo, concéntrate por favor— ni siquiera se porque están cometiendo tantos errores, ayer lo hicieron excelente.

— Jaz deja de ver tus uñas, hay algo más importante que eso y no, no es tu ropa— supuso lo que diría y ya frustrada se pegó con la mano en la frente.

— Saben que, mejor vayan a descansar sus dos neuronas no se están conectando con su cuerpo— paré la música y les di pase de salida.— Mañana más les vale hacerlo bien porque sino les voy amarrar su calzon con todo y patines y créanme, no se van querer rozar— les advertí, los chicos se fueron.

Una rubia conocida se acercó a mi mientras recogía la bocina y mis cosas.

— Que te tiene tan tensa — pregunto en cuanto llegó a mi lado derecho.

— Nada que te interese— contesté cortante.

— Me interesa, estás tratandonos de la mierda, ¿lo notas verdad?— tocó la parte baja de mi espalda y una corriente eléctrica paso por toda mi columna ante el toque

Di un suspiro pesado cargado de frustración y luego de inhalar aire y expulsarlo como amor hable.

— Lo... Lo siento, iré a disculparme con los chicos— empecé a caminar a la salida de la pista junto con mis cosas. Me separé de su toque.

— Mejor hazlo cuando ya tengas la cabeza fría, sigues tensa— aconsejó sabiamente.

— Si tienes razón— me pare en seco — ¿Quieres hacer algo? No quiero estar sola— admití.

— Claro, solo cambio mis patines— mientras ella iba a los lokers yo iría a la cafetería a esperarla, me senté en la mesa de la esquina y recargue mi cabeza sobre mis brazos.

Las personas que lograba ver en mi campo de visión se veían felices, y yo solo me preguntaba ¿Por qué no puedo ser feliz ahora?, Había tanta gente siendo feliz a mi al rededor y yo solo podía anelar ese sentimiento, porque por mucho que si riera me sentía destruida por dentro, vacía, herida, las escenas que mayormente me lastimaron se repetían en mi cabeza cada que me encontraba sola.

Centrada en mi mundo de mierda, Nico se acercó a mi sigilosamente.

— Hola Tn... ¿Podemos hablar?— sin levantar la cabeza solo gire a verlo, no tenía ganas ni de replicar un No.

— Lo tomaré como un si— sonrió tímidamente, con más confianza se sentó frente a mi. — Yo quería... Disculparme por lo que pasó la vez pasada, me comporte como un idiota, no debí darte entrada sabiendo que tenía novia, debí poner un límite, me deje llevar y lo lamento— se escuchaba arrepentido, sin embargo sus palabras no me producían absolutamente nada más que lastima.

Se había quedado como el perro de las dos tortas, sin ninguna.

— Lo pasado pisado Nico— dije muy levemente, aceptaba sus disculpas no fue algo tan malo como lo que hicieron los D.

La chica nueva / soy lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora