31. ¿Una Victoria?

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Desde exactamente las 6 de la mañana, la casa se volvió un completo desastre.

Ropa, zapatos, maletas, accesorios, maquillajes, cepillos, gel de cabello, muse, colonias y perfumes, se veían por todos lados, todo esto, era obra de la competencia de Ramiro.

Ramiro nos consiguió a todos unos boletos para entrar a su debut como patinador profesional, Juliana, Matteo Ámbar y yo estaríamos en primera fila, mientras que los demás se quedarían en distintos lados de lo que restaba de las gradas.

Fue decisión de Ramiro que así estuviéramos.

Sus exactas palabras fueron.

— Quiero que estén en primera fila los que me apoyaron desde la primera vez que les mencioné el tema— y enos aquí, yo le prometí estar para el en sus competencias. Y pensaba cumplirlo hasta que fuera mi último día.

Yo me había arreglado como si fuera a una de mis competencias, claro que sin el traje para bailar en patines obviamente.

Me puse unos botines de tacones negros, un vestido pegado al cuerpo que no era tan elegante pero tampoco tan informal debajo de ese tipo vestido llevaba una camisa blanca que contrastaba todo, mi cabello rubio lo deje suelto y en mi mano llevaba mi pañuelo de la suerte.

El negro con puntos blancos.

El maquillaje se lo deje todo en manos de Ámbar, confiaba más en ella que en mi, hizo un excelente trabajo si me lo preguntas, era algo no tan elaborado pero que combinaba con el oufit del día y para la ocasión.

Mientras tanto, Ámbar se había decidido por ponerse una falda rosa pastel y una camisa blanca, dejo su cabello suelto dejándolo ser y se hizo un delineado y sombreado de ojos conforme a sus tonalidades de ropa, expecto por el blanco claro, unos tacones adornaban sus pies con suela dorada.

— Me siento como si volviera a ser la Ambar de antes— menciono mientras terminaba de ponerse su labial.

— Bueno, creo que cualquier color que te pongas te queda genial, pero ya no eres lo que eras antes y eso es grandioso— me acerque hasta ella y bese su cabeza.— Deberías volver a usar más color, resalta tu mirada— la mire desde el espejo, sonrió un poco pero hizo una mueca.

— Lo mismo podría decir de ti— se giro a verme luego de que diera unos pasos atrás.

— Paso, a ti no te toca lavar la ropa después de que la mancho con cualquier cosa, los colores y yo, no nos llevamos bien— negué con las manos.

— Tienes razón, siempre hay una mancha de algo en tu ropa, aún que sea muy diminuta— analizo muy bien.

— Exacto, y por eso no uso colores, con el negro al menos puedo disimularlo, a menos que sea crema de cualquier tipo que sea blanca— razonó Tn.

— ¿Cómo crees que lo haga Ramiro hoy?— se volvió a girar al espejo y cambio el tema.

— Yo creo que fabuloso, digo, se ha preparado para esto toda su vida, enserio quiero que le salga genial, porque se ha esforzado mucho para este momento.

— pienso lo mismo— concordó Ámbar— Recuerda revisarle las ruedas antes de que salga a la pista.

— Veré si lo hago— dijo mientras buscaba su labial en su pequeño bolso.

— ¿Cómo que verás?— volvió a girar a verla — Siempre haces eso cuando salimos a patinar nosotros.

— Si bueno, estoy tratando de ya no utilizar a Melek como mi método de seguridad.

—¿He?

— Si, como explicarlo — se tocó la frente— digamos que en cuanto Melek murió su espíritu siguió cuidando de mi y hasta la fecha, así que cada que veía una sombra cuando ustedes patinaban me daba un indicio para revisar que todos estuvieran bien, porque si algo les pasaba a ustedes yo me pondría mal. Así que Melek siempre fue mi alarma roja cuando alguien cercano o yo, patinaba.

La chica nueva / soy lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora