CAPITULO 16 Problemas a la vista.

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Narrado por Bill

La fiesta ya había comenzado. Había muchísimagente. No quería imaginarme la agenda de Javi si toda esa gente salió de ella.El simple hecho de que Tom fuera a la barra significaba pasar un buen rato sinvernos. Le saludaba todo el mundo. No sabía que Tom conocía a tanta gente. Yoconocía a su pandilla del instituto, pero claro, al irse a vivir lejos denuestra casa había conocido gente nueva. Gente que hasta ahora yo no me podríahaber imaginado

Tom siempre ha sido bueno, tiene un gran corazón, nunca ha podido con las injusticias, pero de ahí a llegar a ser el apoyo de tanta gente, nunca lo hubiera pensado. Tom parecía preocuparse de todo el mundo, claro que si alguien le agobiaba tampoco dudaba en mandarlo a la mierda, y si hacía falta sacar carácter, Tom tenía de sobras.

Me sentía tan bien con esa gente a la que apenas conocía. Algunos me recordaban de la otra fiesta. Me gustaba el ambiente que aquellas personas creaban, no había malos rollos, ni malas miradas, ni siquiera se oían palabras más altas que otras. Todos reían y parecían felices, como si estuvieran en su propia casa, bailando, bebiendo... Me gustaba estar ahí. Me arrepentía de haber estado tantos meses encerrado entre cuatro paredes, perdiéndome estas fiestas. De verdad que me arrepentía.

– ¿En qué piensas? – me preguntó Tom sorprendiéndome por la espalda. Yo estaba en la barra tomando todavía mi primera copa y era más de media noche. La fiesta empezó a las diez pasadas.

– No lo sé. Simplemente... soy feliz. – Tom me abrazó por la espalda y dejó un beso en mi cuello.

– ¿De verdad lo eres?

– Sí. Mucho. Me arrepiento del tiempo que pase sin salir de casa perdiéndome todo esto.

– ¿Las fiestas? ¿O te refieres a la gente?

– A todo. Las fiestas... la gente... a ti. Soy feliz, Tom, tú me haces feliz, tus amigos, tú... ambiente. Todo. Me gusta la gente, es simpática. No les importa nada, simplemente no juzgan. Viven. Se sienten libres...

– A veces hay que dejar cosas atrás para ser feliz. Todos ellos han dejado algo atrás para ser como son ahora mismo. Sabes que... en casa de mamá yo no era feliz.

– Lo sé, pero es diferente. Tú te fuiste por el simple hecho de poder entrar y salir cuando quieras con quien quisieras. – le dije. Porque yo sabía que fue por eso por lo que decidió irse.

– No, Bill. No fue por eso. – cogió otro taburete y se sentó frente de mí, tirando del mío hasta que me puso entre sus piernas.

– Ah, ¿no? Vamos, Tom. Es lo que hacías a todas horas. – dije recostándome en la barra sobre mi mano.

– No me fui de casa de mamá por eso. Me fui... por ti.

– ¿Qué? ¿Por mí? Si no te hice nada, no entiendo por qué yo tengo algo que ver en que te fueras.

– En todo. Siempre hemos estado juntos. Y cuando estabas mal no podía verte así. Sé que salías conmigo de vez en cuando, pero ya no eras el mismo. Y a mí me estabas matando viéndote así.

– ¿Por qué nunca lo dijiste? Aun así, no me parece excusa para irte. – ¿cómo se iba a ir de su propia casa por eso?

– Discutí con mamá. Me dijo que quería llevarte a psicólogos y todas esas mierdas. Yo le dije que el problema no lo tenías tú, que lo tenía la gente. El barrio. El barrio en el que vivíamos. Sabes que muchos de mis colegas de allí eran de esta zona, por eso yo sabía que era el barrio. Que lo que necesitabas era salir de allí.

– Sigo sin entenderlo.

– Mamá me dijo que estaba equivocado. Que lo que necesitabas eran médicos y ese tipo de apoyo y... la reté. Le dije que me dejara demostrarle que fuera de nuestro barrio la gente era otra y que tú lograrías ser feliz. Así que le dije que me iría, que buscaría piso, y que probaríamos a que te vinieras y ver si te sentías mejor aquí que allí.

– Vale, hasta ahí puedo entenderlo, pero... pasaron cuatro meses desde que te viniste...

– A eso voy. Con lo de... Nick por medio, al vivir solo, podía estar más tranquilo chateando mucho más tiempo contigo y... bueno. No sabía si sería buena idea que te vinieras empezando a sentir lo que sentía por ti. Pero al final tuve que dejar de pensar en mí y volver a pensar en ti. Entonces fue cuando llamé a mamá. Ella vino a conocer el barrio, la gente que por aquí se movía. Al principio no le gustó, ya sabes, demasiada gente «rara» para ella. Pero hablo con Kristen y Javi, y la verdad, no sé qué vio en ellos, pero cuando volvimos a casa me dijo que sentía que esto te gustaría.

– Y entonces fue cuando mamá me lo dijo.

– Sí. Y lo demás... ya lo conoces.

– Así que yo creyendo que te fuiste de casa por tus... "novias" y en realidad lo hiciste por mí.

– Sí. – me confirmó de nuevo.

– Por tu novio. – le sonreí.

– Que tonto eres. – me besó.– Pero sí, en principio no era así, pero así ha terminado siento.

Mentiras en la red 1 - TWC-RDonde viven las historias. Descúbrelo ahora