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—¡Me quiero arrancar la cabeza!, creo que debería ir a la enfermería —se quejó poniendo las manos en la cara—

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—¡Me quiero arrancar la cabeza!, creo que debería ir a la enfermería —se quejó poniendo las manos en la cara—. Por cierto, ¿cómo llegué hasta la sala común? Millicent dijo que me encontró durmiendo en un sofá.

—Yo te llevé hasta ahí, Blaise te tenía durmiendo en unas sillas así que te llevé hasta la sala común —se puso de pie mientras le lanzaba una mirada rápida a la mesa de Gryffindor—. Termina de desayunar y luego vas con la enfermera, yo tengo que ir a buscar a alguien.

Al no ver en el Gran Comedor al Gryffindor que tanto quería ver se dio la vuelta para ir a buscarlo, no tardaría mucho en encontrarlo, porque como siempre, parecía que el destino se las arreglaba para que se encontraran.

—¿Buscas a alguien? —le dijo por atrás.

Rápidamente se giro para verlo, e inmediatamente su rostro se lleno de felicidad. Al ver como el sentimiento de felicidad era mutuo le dieron unas tremendas ganas de abrazarlo y no soltarlo nunca, pero se contuvo pues no estaban solos en ese pasillo.

—Ah, sí, claro. Busco a alguien llamado Harry Potter, no se si lo conozcas, 1.60, ojos verdes, y siempre anda despeinado, creo que no sabe de la existencia de los peines.

Ambos comenzaron a caminar hacia ninguna dirección en especifico, estaban muy ocupados viéndose y conversando para darse cuenta de que estaban caminando.

—No, no lo conozco —dijo siguiéndole la broma—, ¿y tu de casualidad conoces a Draco? 1.65 o poco menos, ojos azules pero casi grises, es muy pálido, creo que debería salir a tomar sol de vez en cuando, y siempre esta comiendo manzanas verdes.... Aunque las manzanas rojas son mucho mejores.

—¡Falso! Las manzanas verdes son superiores —dijo deteniéndose enfrente suyo.

—Tienes muy malos gustos.

—Técnicamente no, porque me gustas tu.

Harry se quedo sin palabras, abrió la boca pero no encontró nada con que responder aquellas palabras, lo había dejado algo aturdido y mientras iban pasando los segundos en sus mejillas se iba tornando un color rojo cada vez más intenso. Draco sonrió felizmente al ver el resultado que había provocado sus palabras.

En ese momento decir cualquier cosa estaba de sobra, así que aprovechando que ahora sí estaban solos,  acercaron sus rostros poco a poco, ahora estaban a tan solo unos centímetros.

Sus narices estaban rozando y solo era cuestión de inclinarse un poco más para terminar en un beso.

—¡Eh... Harry!

Rápidamente Harry empujó el rostro de Draco hacía atrás y retrocedió algunos pasos.

Al ver la razón por la que lo habían empujado puso los ojos en blanco y se cruzó de brazos con el cuerpo tensado.

Cedric Diggory iba caminando felizmente hacia ellos, por cómo iba sonriendo supusieron que no había notado lo que estaban a punto de hacer.

—¿Otra vez tú? —pregunto arrugando la nariz con desagradó cuando vió a Draco detrás de Harry—. Me da igual —se giró hacía Harry y volvió a sonreír—. ¿Tu huevo de oro grita cuando lo abres?

Mystery of LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora