Coronada [CDM]

Primera batalla

No pude hablar con Rosa acerca del plan.
Le había llamado con esa intención, quería buscar su consejo.
Pero dios mío, era horroroso.
Cuando lo volví a leer, sentí un rubor en las mejillas. Este es el tipo de cosas que realmente deseo se vayan conmigo a la tumba. ¡Es muy vergonzoso y estúpido! Tanto que hasta me da gracia.

Ese mismo día, recibí una solicitud de seguimiento por parte de Alexy. Inmediatamente al aceptarla me escribió un DM.

"Empezamos el miércoles! xoxo"

A través de la pantalla de cristal de mi celular, fue eso lo que pude leer de su parte. ¿Cómo es que podía estar tan entusiasmado? Yo por momentos también lo estaba, pero me sentía también completamente insegura de todo. ¿Y si conociéndonos mejor nos dábamos cuenta que no éramos tan compatibles? ¿Y si dejamos de ser amigos? ¿Y si todo esto era fútil?

Mentiría si dijera que solamente estaba aterrorizada, estaba también emocionada. De alguna extraña manera, así me sentía. Como esos nervios antes de una audición, antes de hablar en público. Y aunque no estaba sola en esta treta, si era cierto que estaba casi confiando ciegamente en los gemelos. Aunque hasta ahora tenía una gran impresión sobre ellos, no puedes conocer a nadie en un día, o un mes. Y quizá no puedes terminar de conocer a alguien en una vida.

Mi padre llegó más tarde con mi bata y lentes de laboratorio. Trajo también cereales y me regaló un par de conjuntos "para rockear el regreso a clases". Dijo que enviaría personal a limpiar la casa y a arreglar nuestro patio e inmediaciones de la vivienda, ya que estaba muy sucio derivado de la lluvia. Me despedí de él, y le deseé a Finnick y a mi padre un muy buen viaje.

Regresé a mi habitación con mis prendas cargadas. Me dirigí a mi closet, que se encontraba justo delante de mi amplia cama. Al abrirlo me sorprendieron las batas de noche de mi padre que yo había aventado en la mañana en mi momento de pánico. Acomodé mis prendas y tomé las batas para meterlas a lavar.

Esa noche dormí intermitentemente.

Desperté a las 7 en punto y me puse manos a la obra. ¿Rutina de skincare? Hecho. ¿Peinado? Listo. Un maquillaje sencillo, un conjunto coqueto y un sandwich sencillo para la mañana. Leí el plan, y lo volví a leer al menos unas tres veces más. Guardé la libreta en la que este se encontraba dentro de mi mochila junto con todo lo demás, y me puse un par de botas de lluvia.

Nada más salir me sorprendí de ver los estragos causados por la tormenta del lunes. Nuestros cipreses tenían ramas de otros árboles atravesados, y el césped estaba todo encharcado.

Caminé por las húmedas calles hasta la parada del bus, y subí sin prestar atención a mis alrededores. Casi inmediatamente escuché una voz llamarme desde el fondo del camión: Alexy.

-¡Krysta! ¡Acá! -Dijo Alexy meneando ambas manos desde su asiento- ¡Siéntate acá!

Alexy estaba justo al lado de Armin, quien me dedicó una sonrisa al tiempo que se levantaba y me cedía su asiento. Le saludé con nerviosismo y me senté con Alex, a quien también saludé tímidamente.

-No pensé encontrarlos aquí.-Comenté a ambos-

-Bueno, después de todo tomamos la misma ruta. -Contestó Alexy alegre- Tenemos que ponernos de acuerdo con el plan.

-Shhhh, no hablamos de eso en público, ¿Recuerdas?-Dije-

-Lo que tenemos que hacer, es saber más de ti.-Dijo Armin volteándome a ver- No podemos entrar en nuestro papel romántico si no sabemos si quiera tu color favorito.