La confesión

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El peso de sus miradas me caló más de lo que hubiera admitido, y la rabia y el orgullo que sentía al ver cómo Castiel y Nathaniel casi se iban a los golpes por mí parecían desvanecerse. Armin me observaba a través se esos ojos azules tan profundos que desde un inicio me cautivaron, pero esta vez llenos de una mezcla de decepción y algo que no quería descifrar. Sus palabras sonaron firmes, pero había una suavidad en ellas, casi como si estuviera tratando de protegerme de algo que yo no alcanzaba a ver.

-Krys... -Comenzó, eligiendo sus palabras con un cuidado que me impacientó- No quiero hacerte sentir mal, sólo... siento que te estás dejando llevar demasiado. Todo eso... no eres tú.

Mi corazón se encogió al oírlo. Me dolía más de lo que quería aceptar que fuera él quien me dijera eso, alguien que sabía exactamente de dónde venía este odio. En ese momento, Rosalía apareció, como si hubiera sentido la tensión en el aire. Al verla, suspiré aliviada y me dirigí a ella rápidamente:

-¡Rosa! -Exclamé, sonriendo nerviosamente- Armin está exagerando, dice que hemos perdido la cabeza.

Pero Armin no estaba dispuesto a retroceder. Su expresión se endureció, y su mirada me atravesó. Sabía que sus palabras iban más allá de la preocupación; había algo personal ahí, algo que me hizo sentir un nudo en el pecho.

-No he dicho eso, Krysta -Dijo, su voz inusualmente severa- Te estoy diciendo esto porque... realmente me importas. Es divertido cuando nadie sale herido, pero justo ahora parece que estás dejando que el odio hacia Ámber te haga perder de vista lo que de verdad importa.

-¿De qué estás hablando? Esto era lo que queríamos, lo que... lo que planeamos. Todo es un juego, como en el gimnasio. ¿Qué hay de malo con disfrutarlo? ¿Desde cuando no te gustan los juegos?-Comencé a decir, sintiéndome cada vez más superada-

-No, nunca planeamos algo como esto. Hay una gran diferencia entre retribuirle a Ámber y sólo a Ámber lo que hizo, y otra muy distinta en meter a otras personas en esto con tal de lastimarla. ¡Esos dos casi se muelen a golpes y tu no dejabas de sonreír! Pudiste salir también lastimada y... y no te estas dando cuenta de nada porque se te está subiendo todo a la cabeza.

-¿Qué?-Pregunté incrédula, sin haber procesado que realmente había estado sonriendo durante el altercado- Todo estaba bajo control, sé manejarme yo sola. ¿A qué viene todo esto realmente? ¿No es mas bien algo más lo que me quieres decir?-Pregunté desafiante, consciente de sus sentimientos-

Al oír esa pregunta, Alexy, siempre conciliador, intentó intervenir con un tono más suave:

-Krys, solo queremos que veas el panorama completo. Nos preocupamos por ti. Sabemos lo mucho que te importa todo esto, y que el plan puede ser divertido en muchos sentidos, pero... esto no se parece a quien eres tú...

Suavizó sus palabras con una pequeña sonrisa, como intentando hacerme entrar en razón sin lastimarme, pero el eco de lo que Armin acababa de decir seguía retumbando en mi mente. Miré a Armin, tratando de entender el porqué de esa intensidad en su mirada. Aún recordaba la distancia que había empezado a marcar entre nosotros después de aquella vez que, en mi vulnerabilidad, le confesé lo que realmente me dolía de Ámber. Me sentía incomprendida, como si ellos mismos, que conocían mejor que nadie lo que realmente estaba pasando, no pudieran ver por qué esto era tan importante para mí.

-Es fácil para ustedes decirlo -Espeté, sintiendo una mezcla de rabia e impotencia- Ninguno ha tenido que soportar a alguien como ella desde que... -Me detuve, sin querer mostrar más vulnerabilidad. Miré a Armin con frialdad- Quizás no lo entienden. Pero yo no voy a detenerme solo porque no les gusta.

Rosalía, que hasta entonces había estado callada, dio un paso al frente y me miró con una expresión llena de paciencia y preocupación:

-Sabes que te apoyamos, Krys. Y yo mejor que nadie sé lo que hizo y que se metió contigo cuando estabas más abajo. ¡Pensaremos otras maneras de devolverle el favor! Unas que no involucren ponerte a ti y a los demás en riesgo... y que te permitan seguir lo que realmente sientes y quieres. -Agregó, dedicándome una mirada significativa- No dejes que el rencor te consuma de esta manera. Eres mucho más que esto, y no quiero que lo olvides.

Coronada [CDM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora