Capítulo 16: Dos minutos

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Sin pensar ni razonar está en la dirección del centro gritándole a la secretaria para que lo deje entrar a hablar con el director. Que despidan a Harry no era para nada justo, no podía permitir esa injusticia y lo necesitaba de vuelta.

Ahora mismo en lo último que piensa es en las consecuencias de sus actos, en que puedan amolestarlo o que puedan avisar a su padre por su insolencia, pero es que le da igual, lo único que quiere es que el director le atienda y readmita al rizado.

Lleva casi tres días sin saber nada del mayor, tres días en los que se arrepiente y maldice todo lo ocurrido, tres días que se siente la peor persona del país, encima de hacerle daño a la persona que quiere, su padre ha hecho que lo despidan de su trabajo. El rizado necesita trabajar, es un pilar fundamental de su familia, ahora su madre vuelve a trabajar, y por suerte no irían tan mal, pero eso no es lo principal.

La cosa aquí es que su padre había jugado con él y lo había vuelto a engañar, y si no fuera poco el peor parado ha sido el rizado que no tiene culpa de nada. Solo mala suerte por haberse topado con él.

La secretaria del centro no le deja pasar, se sienta enfadado en una de las sillas que hay para esperar, no piensa irse de ahí tan fácil. Un alumno de primero aparece nervioso diciéndole a Alicia - la secretaria- que hay una pelea en el pasillo de su curso, logrando así que la siga, dejándolo solo en la estancia.

No pierde el tiempo y tan pronto como se cierra la puerta a sus espaldas salta de la silla para interrumpir en el despacho del director, ni siquiera llama, abre directamente.

- Señor director, necesito con urgencia hablar con usted, no veo justo lo que ha hecho y me niego a dejar que se haga una- se queda callado de golpe cuando nota que el director no está solo, que con quien está es justo el chico al que viene a salvar. - Harry... -

- Señor Tomlinson, quién se piensa qué es para irrumpir de esta manera, ¿acaso no le estamos enseñando modales en esta institución? - baja la cabeza con vergüenza.

- Sí señor, pero es que...-

- Nada de peros. Salga del despacho inmediatamente, necesito acabar unas cosas con el señor Styles y me haré cargo de otorgarle un castigo a usted también. -

- No me voy. - levanta la cabeza ahora seguro de si mismo. Nota como el rizado levanta la ceja al escucharle, pero no le mira a él directo. - Estoy aquí porque no puede despedir a Harry. Él no ha hecho nada. -

- Eso no es de su incumbencia. La decisión ya está tomada. Retirese. -

- Pero Director, está equivocado, cualquier cosa que le hayan dicho es falsa. Seguro ha sido mi padre. Todo es mentira. -

- Está acabando con mi paciencia Tomlinson, si no se marcha ahora se ganará tres días de expulsión. - Iba a protestar otra vez, pero Harry le habla por primera vez.

- Louis, será mejor que vuelvas a clase. - El nombrado clava la vista en el rizado, sus ojos encontrándose por fin, puede ver las marcadas ojeras que tiene el mayor, la cara de cansado y ojos tristes. Él debe de lucir muy parecido.

Aún no muy convencido se retira del despacho, él quiere poder hacer algo para ayudarle, necesita que el rizado vuelva a su puesto de trabajo, necesita que le dé cinco minutos para poder explicarse.

En vez de volver a clase decide irse a la puerta de salida, va a esperar al rizado, está decidido a conseguir esos minutos que necesita para explicarle la situación, no puede dejar que siga pensando que le ha engañado por voluntad propia.

Harry ha sido sin duda lo mejor que le ha pasado en la vida, a parte de sus amigos, pero es con certeza su casualidad más maravillosa. Le ha aportado tanto en tan poco tiempo que va a luchar lo que haga falta por mantenerlo a su lado.

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