Capítulo 25: Piso estrenado

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Louis paseó un poco más por el piso, viendo todas las posibilidades que tenía y cual sería el mejor estilo para decorar. Quería que tanto él cómo el rizado les resultase agradable su piso, que fuese un sitio seguro y bonito para su convivencia.

Harry le mira paciente desde la cocina, apoyando su cadera en el borde de la encimera, tiene una gran sonrisa adornando su rostro, encantado de ver como el menor va maquinando en su cabeza todo lo que quiere hacer.

No va a mentir y decir que no tenía un poco de miedo al haberlo hecho sin consultarle, pero quería darle esa sorpresa, a parte que tenía un poco de miedo que el castaño no aceptase porque él no iba a aportar una parte, pero es que eso a él no podía darle más igual.

Lo único que le interesaba de verdad es que van a poder vivir juntos en un mes y que ahora puede empezar a planear el futuro juntos que tanto desea. Se siente el hombre más afortunado del mundo, definitivamente haber encontrado aquel trabajo fue la mejor suerte de su vida.

Y ahora, pudiendo observar a su novio, en su piso, solo puede pensar en una cosa.

- ... o mejor lo pondrías junto a la ventana? - escucha las últimas palabras pero no sabe de lo que le está hablando, estaba bastante distraído viéndole.

- ¿Eh? - Louis se gira para mirarle a los ojos con los suyos entrecerrados.

- ¿No me estabas escuchando? - se acerca hasta llegar a solo un paso del rizado.

- Sinceramente, tu culo me tenía muy distraído. - alarga los brazos hasta que lo acerca cogiéndole desde sus glúteos. Amasándolos a su antojo.

- ¡Harry! - grita haciéndose el indignado, pero realmente disfruta de esas atenciones. - ¿Qué pretendes? -

- Quiero celebrar esta nueva etapa con mi precioso novio, y quiero estrenar nuestro piso. Dicen que eso trae buena suerte, y que si no lo haces el primer día luego te espera una vida de sequía. - Louis carcajea ante esa explicación. Eso provoca una enorme sonrisa con hoyuelos en la cara del rizado. - Es en serio lo que digo, bonito, hay estudios hechos. -

- Por supuesto que sí, amor, confío en tu palabra. Entonces... ¿qué harás al respecto? - dice de forma sugerente.

Y ninguno de los dos necesita nada más para lanzarse a los brazos contrarios e intentar dar placer al contrario.

Comienzan devorándose la boca, un beso cargado de lujuria y pasión, llevaban días sin poder hacer nada debido a su viaje y estaban deseosos de cambiar eso. Harry ataca la boca del menor como si fuese comida después de días de ayuno.

Amasa sus nalgas como si de ahí fuese a crear la mejor masa del mundo, tenía una fijación obsesiva con el trasero de su novio, pero a él parecía no importarle, de hecho le gustaba.  Lo podía notar por los pequeños suspiros de placer que soltaba entre beso y beso.

Con impaciencia el menor empieza a quitar la camiseta del rizado, necesitaba tocar su piel, disfrutar del roce de sus dedos contra el cuerpo contrario. Sin darse cuenta ambos están sin camiseta, el ojiverde lo coge por los muslos haciendo que rodee sus piernas en la estrecha cintura y los lleva hasta el lavabo entre besos.

Lo deja apoyado encima del lavamanos y pasea sus manos por el pecho hasta llegar a los pantalones para empezar a desabrocharlos.

- Est- estamos en el lavabo. - afirma pero con un deje de pregunta en su voz el castaño.

- Sí, no tenemos muebles, amor, es esto o tumbarnos en el suelo. - baja sus besos a su cuello, mordisqueando todo a su paso.

- Me parece bien aquí. Lo que no tenemos... -

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