Capítulo 8: No control

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- Joder Louis, sí claro que puedes quedarte, toda la vida podrías quedarte.- resopla - Me lo estás poniendo muy difícil. -

- ¿Qué cosa? - no sabe de que habla, si es tan difícil por qué le dice que sí que se puede quedar.

- Controlarme. - los ojos abiertos del castaño miran fijamente a los verdes que ahora mismo brillan devolviéndole la mirada. - y si me miras así todavía más. - se acerca a escasos centímetros y pasa su mano por la mejilla suave del menor.

- No te controles. -


Y eso es todo. Los labios  del rizado devoran con hambre la boca del menor. Un beso duro, posesivo, la lengua del mayor abriéndose paso y degustando a placer la boca contraria. Un pequeño gemido sale del menor que hasta se asusta de ello, no está acostumbrado a que su cuerpo reaccione así.

Se separan poco a poco para poder respirar, pero no tienen suficiente y ahora es el castaño el que inicia otro beso, algo más calmado debido a que no existe el hambre de antes, ahora se entretienen con sus lenguas jugando y apreciando bien lo que les da el otro.

Cuando por fin parece que se pueden separar, lo intentan, ya que sus bocas se van alejando dejando varios picos en el camino, pero sus cuerpos siguen tan apretados como antes y la mano posesiva de Harry en la espalda baja del menor no da indicios de que desaparezca pronto.

- Desde el maldito primer momento en que te vi desee con todas mis fuerzas poder hacer esto. - le susurra el rizado cerca todavía de sus bocas.

- Debiste de haberlo hecho entonces. - sonríe el ojiazul.

- Me habrías abofeteado seguro, para esos días creo que me odiabas. Me esquivabas. -

- Esos días fui un completo idiota y ya me disculpé por ello, no se vale volver a sacar el tema. A parte, puede que sí te hubiese dado la bofetada, pero no porque no lo desease si no por hacerme el digno. -

Una carcajada es liberada de la boca del mayor haciendo que su cabeza viaje hacía atrás, luego sus ojos se vuelven a encontrar y el rizado besa su nariz y luego otra vez suavemente su boca.

- Eres increíble. - el mayor le mira embobado y pasa su dedo gordo por el labio inferior del castaño.

- Aquí tú eres el increíble. Todo lo que haces es... eres una gran persona Harry, ¿o debería llamarte Hazz?- Sonríen los dos.

- Tú puedes llamarme como quieras mientras me sigas besando de esa forma. - nota como sus mejillas arden y de seguro que están rojas.

- Me gusta Hazz, es familiar. - el rizado asiente. Vuelve a besarlo con calma.

- Iré a ducharme y luego ya me meteré en la cama, mañana hay que despertarse a las 6 de la mañana. ¿Estás seguro que no quieres que te lleve ahora? - Niega y sonríe.

- Nop, ahora más que antes quiero quedarme a dormir. ¿Me abrazaras? -

- Te abrazaré tan fuerte que no podrás moverte en toda la noche. -

- Eso me gusta. Ves a ducharte rápido, te espero aquí. -

Con unas sonrisas radiantes y unos cuantos besos después el rizado sale de la habitación para ducharse. Louis como el chico educado que es sale a darle a la madre de Harry y sus hermanos las buenas noches y preguntando si era una molestia si se quedaba otra vez a dormir.

Sabe que el rizado le ha dicho que sí, pero ayer no era consciente de lo que hacía, hoy sí, y no ve bien si no le pregunta también a la mujer. Ésta le dice que no hay ningún problema con una gran sonrisa en la cara. Así que feliz se va a la habitación del rizado y se tumba en la cama a esperarlo, mientras envía un par de mensajes a sus amigos para que dejen de estar preocupados por él.

I just need youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora