Capítulo 2: Metiendo la pata

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- Oye Tommo, ¿qué te pasa? - Louis le mira sin entender la pregunta. - Llevas más de dos días sin querer pisar la cafetería, eso es muy extraño en ti, te encanta comer.

- No me pasa nada y no es que me encante comer, tampoco como tanto, bueno quizá un poco de más... bueno bastante pero ahora voy a estar a régimen.

- ¿Por? Si adelgazas y se te va ese trasero te arrepentirás. - le dice medio en burla medio en serio su amigo rubio.

- Este culazo va de serie, amigo. -

- Vale, pues si no te pasa nada no tienes excusa para no ir ahora mismo a la cafetería, Liam nos está esperando allí, tengo mucha hambre y tú también porque te han sonado las tripas hace unos minutos. A parte, estoy hasta las narices de que nos obligues a sentarnos en la hierba de fuera, luego se me manchan los pantalones y no me gusta. -

No le queda más remedio que comenzar a andar junto a su amigo, no tiene otra excusa y no puede o no quiere decirle que el motivo es que el nuevo chico guapo de la cafetería le había visto siendo humillado por su padre y que encima luego él lo había tratado fatal.

En los dos días que habían pasado no había podido dejar de pensar en ese chico, en esos ojos verdes, en la forma en que intentó ser amable con él sin ni siquiera conocerlo, en su día a día eso no le pasaba, y luego él va y se comporta como un estúpido, debe ser por eso que no deja de pensar en el chico, por el remordimiento, segurísimo.

No quería ponerle nombre ni sobrepensar la sensación que se le forma en el estómago cuando sin querer se le aparecían unos ojos verdes específicos ni tampoco al remolino que tenía ahora de ansiedad solo por estar entrando por la puerta de la cafetería.

Sus ojos sin permiso de nadie recorren todo el espacio, pero no ve lo que necesita ver. Se sienta junto a Niall en la mesa.

- No se suponía que Liam nos esperaba aquí... - se cruza de brazos.

- Sí, tiene qu- ah mira - se corta él mismo señalando con la cabeza hacía la salida del almacén del sitio - ahí viene.

Levanta la mirada hacía donde indica su amigo y sí, ahí viene Liam, pero no viene solo, viene acompañado del camarero, ese que se está apoderando de su mente y ni si quiera sabe su nombre.

Mentiría si dijese que no le molesta un poco que su otro amigo esté tan cerca de él hablándole y riendo, teniendo complicidad y él no.

Se fija en el atuendo de su pequeña perdición, el polo del colegio le obliga a llevar, unos pantalones tejanos algo desgastados y unas zapatillas deportivas que definitivamente han tenido mejores días ya que tienen un pequeño agujero en ellas. Aún así lo considera extremadamente sexy, una injusticia.

- Por fin chicos, llevaba un buen rato esperándoos. - dice Liam mientras se sienta en la silla.

- El señorito no quería venir. - le acusa Niall. A lo que él solo rueda los ojos.

- ¿Qué os traigo? - interrumpe con una sonrisa el precioso camarero.

- Trae tres croissants, dos zumos de naranja y uno de piña. Por cierto, creo que a Louis no lo conocías, ¿no? - el rizado niega dirigiendo la mirada hacía él. - Pues eso se arregla rápido. Louis, él es Harry, el nuevo encargado de la cafetería y Harry, él es Louis, mi amigo.

El rizado se ríe flojito y le tiende la mano a Louis, éste la mira un segundo antes de reaccionar y apretarla. Un escalofrío recorre el cuerpo de ambos.

- Un placer, Louis. - cree tener un orgasmo solo por escuchar la forma en que su nombre suena al salir de esa boca pecaminosa. - Ahora mismo os traigo todo.

Hay un momento de silencio entre los amigos, cada uno pensando en sus cosas o quizá todos pensando en algo parecido, ya que aunque crea Louis que sabe disimular no lo ha hecho tan bien y sus amigos lo conocen demasiado ver como para no ver su nerviosismo.

- ¿Desde cuándo eres tan amigo del camarero? - pregunta Louis a Liam que le mira con una cara de incomprensión.

- Empezó hace unos días. -

- ¿Y ya sois tan cercanos? Liam no seas tan confiado con la gente... -

- ¿Qué te pasa? lo dices como si Harry te hubiese hecho algo malo. Es un chico muy agradable y se ha portado genial. -

- Ya... y seguro que de forma desinteresada ¿no?, Liam, eres rico, ¿no has pensado que puede que sea agradable contigo para sacar algo a cambio? Él es un camarero que no tiene ni para zapatillas nuevas. - realmente no sabe por qué está diciendo todo esto, más bien quiere autoconvencerse a él mismo.

Antes de obtener una respuesta por parte de su amigo que le mira con cara de indignación, llega Harry con su pedido. Deja todo en la mesa sin decir nada y al irse mira mal por un segundo a Louis.

- ¿Qué mierda ha sido eso, Louis? - Se indigna Niall.

- ¿Desde cuándo eres tan gilipollas? Él se ha portado perfectamente, trabaja para poder ayudar en su casa, no todos tenemos la suerte de que nuestros padres tengan dinero y se puede entablar una amistad con alguien sin que quieran tu dinero. ¿Es que yo no soy suficiente para que me quieran por mí mismo? - Liam parece enfadado de verdad, ha visto a Liam enfadado antes y está es de las de verdad.

- No quería decir eso, sabes que vales oro, solo es una posibilidad que...-

- Déjalo Louis. O debería decir Tomlinson. Porque cuando hablas así eres exactamente igual que tus padres. - Golpe bajo, pero se lo merecía. Liam se levanta indignado.

No le da tiempo a decirle nada más, ve como su amigo va hacía Harry y hablan. Supone que se está disculpando por lo que ha escuchado. El rizado niega y le sonríe, pero no le llega a los ojos y lo nota. Se siente como una verdadera mierda, ha vuelto a hacerle sentir mal sin que el muchacho se lo merezca.

Parece que ha desarrollado ese don, lo tendrá que añadir a su curriculum "Louis Tomlinson, especialista en hacer sentir inferior a camareros atractivos".

- Llevas unos días más raro de lo normal, no sé qué narices te pasa, pero no veo bien que tengas que menospreciar a las personas por eso, tú no eres así. - Los ojos azules de su amigo le miran escaneando los suyos, no lo puede aguantar así que baja la mirada.

Lo sabe, claro que sabe que no es justo ni normal lo que ha hecho, sabe que es de mala persona, a parte que cualquiera sería afortunado de ser amigo de Liam, independientemente del dinero que éste tenga, es de los mejores amigos que puedas tener en la vida.

Sin decir nada se levanta y sale de la cafetería, ya sabía él que no era buena idea ir, que no iba a ser un buen día y no se había equivocado. Todo lo que hacía cerca de ese chico era cagarla.

Encima, ahora a parte de que el camarero guapo lo odie, sus amigos están molestos con él. El mejor desayuno de su vida sin duda y ni siquiera ha podido comer nada.


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love para everybody!!!😜

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