Capítulo 24: En casa

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Decir que el vuelo se le había hecho largo era poco, se le había hecho infinito. Tenía mucha adrenalina acumulada en el cuerpo que no lo dejaba dormir, tenía toda la ansiedad y el nerviosismo por su mecanismo y su corazón no se regulaba.

En cuanto pone un pie en el aeropuerto corre a la cinta de maletas, se mueve impaciente hasta que ve que empiezan a salir. Como el buen desesperado que está siendo casi no da tiempo a que la maleta toque la cinta que ya la tiene cogida y rodando hacía la salida.

Enciende su móvil, el cual había apagado durante el viaje, y comienza a recibir un montón de notificaciones.

Tiene como 15 llamadas de su padre, otras cuantas de su madre, mensajes de Hannah, mensajes del grupo con sus amigos y el único que realmente le importa y abre rápido para verlo, mensajes de Harry.

Entra a su chat con él y se da cuenta de que tendría que haberle dicho al menor que se iba a dormir o que no tendría batería en el móvil durante ese día, ya que el rizado no había parado de mandarle mensajes y al no recibir respuesta se había comenzado a preocupar.

+Hazz: Hola Lou, cómo ha ido la comida de cumpleaños?

+Hazz: Tan mal ha ido como para no querer ni contestar?

+Hazz: Amor... ha pasado ya más de una hora, al menos dime algo. Yo en breves acabo ya mi jornada así que si quieres me puedes llamar a cualquier hora. Te quiero.

+Hazz: En serio, Louis, tres horas y más de cinco desde que no me dices absolutamente una palabra, me estás comenzando a preocupar en serio. Al final harás que coja un vuelo hasta allí.

Llamada perdida de Hazz.

Llamada perdida de Hazz.

+Hazz: Louis Tomlinson, enciende el maldito teléfono y dime que estás bien.

+Hazz: Joder Lou... va bonito, di algo.

+Hazz: Te amo mucho.

Llamada perdida de Hazz.

Y desde hace dos horas nada, pero debe de haberse quedado dormido porque son las dos de la mañana en londres.

Corre a coger un taxi y le da la dirección de su novio. Ansioso es poco. Paga la carrera en cuanto para delante del portal y agradece por llevarle.

Saca su móvil y llama al rizado, rezando para que no tenga el sueño muy profundo y no le haga esperar mucho ahí abajo, ya que da verdadero miedo estar aquí solo y a oscuras en este barrio que no se caracteriza precisamente por su gran seguridad.

- ¡Lou! ¡joder, me tenías asustado! - aunque el grito le ha sobresaltado un poco no puede evitar sonreír.

- Hola, mi amor. Perdón por no contestarte, tenía el móvil apagado. -

- Podrías haberme avisado que lo apagabas, nadie sabía nada de ti. Me he vuelto un poco loco. - sonríe con cariño al teléfono, aunque no lo pueda ver. - Dime que tu padre no te ha hecho nada malo. Que esa no te ha vuelto a poner un dedo encima. -

- Podría decírtelo... o podrías comprobarlo tú mismo... - un silencio al otro lado de la línea que hace que Louis esconda la risa.

- ¿Cómo...? -

- Estoy en la puerta de tu portal, amor, ¿crees que podrías abrirme? Esto está muy oscuro. -

No recibe respuesta como tal, solo ve como se encienden las luces de dentro de la casa y después del portal a una velocidad trepidante y acto seguido esa mata de rizos se asoma por la puerta. Solo lleva unos pantalones cortos de chándal, el torso desnudo y los cabellos revueltos.

I just need youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora