Capítulo 18: Esperanza

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El castaño nunca se ha considerado una persona agresiva, de hecho nunca se ha peleado de forma física con nadie, pero ahora mismo lo único que quiere es tener un bate de baseball en sus manos y moler a golpes a las dos personas que tiene delante de sus ojos.

Un día, un maldito día, es más, no llega ni a un día, solo han pasado horas desde que recibió la llamada de Harry. Para su mala suerte no pudo cogerla, llevaba toda la semana apenas durmiendo tres horas por noche y estaba agotado, pero su cabeza no dejaba de dar vueltas a todo y no conseguía conciliar el sueño. Así que ayer, ya agotado y queriendo poder descansar unas horas más se tomó una infusión relajante para ayudarle a dormir, y así había sido, por fin en días había caído dormido a una hora prudente y no se había despertado en toda la noche hasta que por la mañana había sonado el despertador.

Pero para su sorpresa al despertar y mirar su móvil había encontrado una llamada perdida de Harry. Se puso nervioso al instante, sus dedos temblorosos casi que no podían clickar la pantalla para devolverla, sin importar que sean las siete de la mañana había devuelto la llamada, pero encontrándose como resultado el contestador automático.

Así había pasado durante unas dos horas, así que había decidido escaparse del colegio, su ansiedad y ganas de hablar con el rizado le habían podido y con la ayuda de sus amigos había conseguido salir del recinto sin ser visto. Cogió un taxi hasta llegar a la casa del rizado y al bajar se encuentra con esta imagen.

Iba a darse la vuelta para irse, pero no, iba a enfrentar a Harry, si quería estar con otra persona se lo iba a tener que decir a la cara, porque él no iba a quedarse al lado sin más. Se trata del hombre al que ama y ha pasado una semana horrible, lo mínimo es dejar las cosas claras.

Suspira y cuadrando sus hombros se acerca a la "pareja", al estar de espaldas a él no le ven hasta que no se planta justo en frente de ellos, cruzado de brazos y mirando al rizado con cara de pocos amigos.

Ve como los ojos del rizado se abren por la sorpresa, se levanta de un salto dejando a la chica sin saber bien qué ha pasado.

- ¡Lou! - dice sorprendido, su voz denota alegría, pero ahora mismo no se fía de ser racional al pensar en lo que le transmite.

- El mismo... - dice con claro tono de enfado.

- ¿Qué haces aquí? - hace un intento de tocarlo pero su mano no llega a su destino y la baja, se le nota nervioso.

- ¿Por qué? ¿Acaso interrumpo? - no sabía bien de dónde salía esa valentía momentánea, pero últimamente cuando se trataba de la gente intentando apartarlo de su chico le hacía reaccionar.

- No, solo no esperaba que vinieses, ayer no... -

- Estaba dormido. - le interrumpe, no quiere hablar de sus cosas delante de una extraña. Desvía su mirada hacía la chica y el rizado parece darse cuenta.

- Oh, Lou, ella es Cara, una amiga, íbamos juntos al instituto. Cara, él es Louis. - le mira, pero la mirada del castaño sigue fija en la chica, lanzando dagas.

- Su novio. - recalca, quiere que le quede claro a esa chica que ya está sobrando. - Si nos disculpas, tenemos cosas que hablar. -

La chica de mala gana se levanta, con todo su descaro deja un beso en la mejilla del rizado bajo la atenta mirada enrabiada del castaño. La observan ambos irse y cuando está lo suficiente lejos para que no los escuche, Louis decide empezar.

- ¿Así es como querías que me enterase de que ya no somos nada? ¿Querías devolvérmela? - escupe con rabia.

- ¿Qué? No. Claro que no. -

- Muy maduro de tu parte, Styles, si la llamada de ayer era para dejarme no me hubieses bloqueado el número, te he llamado durante toda la puñetera mañana para hablar contigo, me has creado una esperanza que claramente no iba a nada, pensaba que la llamada era para poder hablar de nuestro futuro juntos, no de un futuro separados. - Parecía una metralleta, no paraba de hablar rápido, no dejaba hablar al rizado y él solo iba creándose más inseguridad. - Pensaba que te importaba, ya sé que la cagué de lo lindo, pero te pedí perdón y pensaba que al menos hablaríamos las cosas antes de que te tirases a los brazos de cualquiera. Pero ya veo que aquí el único que se enamoró fui yo, que para ti no ha sido nada por lo que luchar y qu-

Sus labios son interrumpidos por los de su precioso novio, le coge la cara con ambas manos y estampa los labio para empezar un beso tan necesario como el mismo aire. Tarda tan solo un segundo en colocar sus propias manos en la cintura del mayor y seguir el ritmo. No es hasta que ambos necesitan respirar que se separan. Apoyan sus frentes juntas.

- Dios, bonito, me encanta escucharte hablar, pero necesitabas parar. - suelta el mayor.

Ambos suspiran y se miran unos segundos a los ojos. Cómo había echado de menos sentir esos labios sobre los suyos, ver esos ojos brillar cuando se encuentran con los suyos. 

Sin pensarlo mucho, el castaño se vuelve a lanzar a los labios del mayor, le pasa los brazos por el cuello y lo acerca. Sus cuerpos quedan pegados y sus bocas están encantadas de compartir una pequeña batalla.

Al separarse, lo hacen poco a poco, Louis parece acordarse de lo visto hace un segundo y suelta sus brazos para cruzarlos en su pecho.

- No me distraigas, Styles. Esto es serio. Llevas una semana sin querer hablar conmigo, ignorándome, llevo una semana sin poder dormir, llorando cada día, hasta rezando para que me des otra oportunidad y vengo aquí, escapándome del colegio para ver que estás ligando con esa tipa. -

- No estaba ligando con Cara. -

- ¡Lo he visto con estos dos ojos! - grita un poco y se señala sus ojos.

- Mis favoritos. - dice Harry con ternura. Louis quería seguir mirándole furioso, pero no puede evitar deshacerse un poco con el comentario.

- Harry. Estoy hablando muy en serio. - le mira intentando parecer intimidante. - ¿Qué querías hablar anoche? ¿Era sobre ella?-

- ¿Qué? No. - niega con la cabeza también. - Necesitaba hablar contigo. - Se acerca el paso que se ha alejado Louis y lo acerca por la cintura. - Te he echado mucho de menos, cariño. -

- ¿En serio?  - sus ojos se ponen brillantes por la lágrimas retenidas. -

- Sí, claro que sí, Lou. ¿Te gustaría que fuésemos a mi casa y hablar de todo tranquilos? Hay diferentes temas que aclarar. - Louis asiente freneticamente.

Ambos entrelazan sus manos, se sonríen con esperanza y caminan hacía el portal que tienen a sus espaldas.

Tienen mucho que acalarar, mucho que hablar, pero el solo hecho de saber que van a poder hacerlo ya es suficiente para poder tener una pequeña sonrisa en su rostro, porque esto no está perdido ni acabado, porque Louis está perdidamente enamorado de este chico y no piensa dejarle el camino libre a nadie y mucho menos a una cualquiera que quería aprovechar la oportunidad.

Esta relación va para largo, y si le preguntas a él esto es para siempre. Le pese a quien le pese.

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I.^^

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