Terminamos esa noche haciendo una especie de show entre todos los presentes, cantando, boludeando, riéndonos. Hacía muchísimo tiempo no tenía una noche de esas que uno no quiere terminar. Guido se había llevado genial con mi hermano y con Benja así que lo invitaron al evento del día siguiente, y le ofrecieron venir con sus hermanos o con quién quisiera.
-Ventajas de ser amigo de la amiga del dueño -digo como si fuese gracias a mí, y todos se ríen.
-Ventajas de ser mi hermana, pendeja -aclara Leo.
-Bue, ya querés figurar vos, andá.
Ellos se cagan de risa y mientras esperamos que Benja guarde sus preciados instrumentos en sus estuches para finalemnte irnos, salgo a la calle con Guido.
-Esta fresco che -dice él, y se le vuelan los pelos sueltos que la gomita de pelo no le llegó a atrapar.
-Esta hermoso -digo. -¿Mañana venís con tus hermanos, con amigos o con una de esas modelitos?
-Capaz con un par de modelitos -dice con intenciones de que yo lo mire mal, sin embargo sé jugar y reacciono diferente.
-No me gustan las mujeres pero si me traes una... -digo dudosa.
-Ah, así que querés experimentar.
-Hay que probar todo -levanto los hombros.
-Muy bien dicho, pero mejor no traigo ninguna, te vas a tener que conformar conmigo.
-Sos como un modelito eh —digo mirándolo sin carpa, él se ríe y se acomoda el pelo. —Es la segunda vez que te pongo nervioso, qué poder siento.
—Bue, nada que ver —niega haciendo montonsito. —Y no empieces un jueguito que no vas a poder ganar —me advierte señalándome y me hace la seña de "ojo".
Iba a responderle pero justo los demás salieron ya listos.
—¿Querés que te alcance a algún lado? —pregunta Benja mirando a Guido.
—Tranqui, me tomo un uber.
—Estás loco, vení si total sobra espacio. Aparte también la alcanzamls a Hana —agrega señalando a la novia de mi hermano que se lo está comiendo a besos a pocos pasos. Qué asco.
—Bueno, nosotros nos vamos yendo —digo, y le doy una patadita a Leo en el culo. Él se queja y se separa de su novia. —Vamos, tengo sueño.
—¿En qué se van? —pregunta Guido.
—En mi bebé —respondo señalando la moto que está estacionada a un costado de la vereda, y mostrándole las llaves, las cuales enseguidas me son arrancadas por mi hermano.
–Es mía, esta apenas sabe andar en bici.
Todos se me ríen, incluído Guido, a quien le hago la seña de "ojito" y levanta los hombros.
—Ya vas a ver vos —sonrío.
—Bueno, che, entonces los espero mañana a la noche —dice Benja prendiendo un cigarrillo. —Traé a quien quieras Guido, bah, y todos traigan a quién quieran.
—Va a estar piola —dice su novia, Paula, emocionada. Es una petisita simpática.
Mi hermano se saluda con todos y se va a sacar la cadena de la moto, mientras yo termino de saludar y dejo a lo último a Guido.
—¿Nos vemos mañana? —pregunta, sonriendo. Se había puesto los lentes.
—Sí, pero no te olvides de traerme una rubia tetona sino no pasás.
Su risa hace eco en las calles vacías del barrio y me la contagia.
—Trato hecho, Cielito.
El viaje en moto con mi hermano es tranquilo, nada más puedo pensar en llegar y meterme a mi cama para dormir, pero lo que parece ser el fin de una noche especial se ve arruinada por la presencia de nuestro papá en la puerta del edificio. Lo veo sentado en el escalón de la entrada con las manos en la cara, y en cuanto escucha el motor de la moto mira hacia nosotros y se para.
—Yo me encargo —dice mi hermano frenando la moto. Me bajo, amargada.
—No —digo y me encamino hacia mi arruinado papá. —¿Qué hacés acá? ¿Qué querés?
–Hijita, hola.
—¿A qué viniste? Guita no tenemos, así que volvé por donde viniste.
—No vengo a pedir plata, Cielo, pero quería verlos.
—Bueno, ya nos viste —interviene mi hermano llevando la moto hacia la puerta del garaje.
—¿Podemos charlar? —pregunta, pasándose una mano por la frente.
—Es tarde, andá a tu casa y otro día arreglamos —le dice Leo lleno de paciencia.
Miro la escena con una angustia que me consume. No me gustaban los encontronazos con nuestro papá, nunca me traían nada bueno debido a su adicción.
—Cielo... —lo escucho nombrarme y se me estruja el corazón, pero quiero ser firme y no caer en una mentira.
—Chau, papá —digo seria y camino hasta la puerta del edificio buscando las llaves. Esas dos palabras siempre son las más difíciles de pronunciar para mí a pesar de que son las que más le dije a él en mi vida. Se sienten como golpes, como la primera vez que tuve que armarme de valor para soltarlo.
—Dejé de tomar —dice de repente, desconcertándome. Me giro a mirarlo dudosa de haber escuchado bien. —Lo dejé, Cielo.
Veo sinceridad en sus ojos y una llamita de esperanza se prende en mi pecho. Miro a Leo, que espera mi decisión, y abro la puerta.
—Pasá, vamos a hablar.
Cuando papá entra en nuestro departamento actua calmo, mi hermano y yo estábamos cansados pero queremos saber cómo fue la decisión de él para dejar el alcohol. Básicamente nos cuenta que se inscribió en un grupo de apoyo, que retomó terapia y que necesita que estemos a su lado durante el proceso. Tuvo que tocar fondo para empezar a salir, pero es fuerte.
—Te quiero, pa —le digo un rato después, contenta y calma, sentada a su lado en el sillón. —Estoy muy orgullosa de vos, sé que podés.Él me sonríe y asiente, abrazándome. Me empiezo a quedar dormida con la cabeza en su pecho, protegida como cuando era chiquita y totalmente ajena a esas adicciones, cuando papá trataba de no involucrarme, cuando papá se comportaba como uno y las frivolidades no consumían sus días.
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Holis.
Si quieren pueden comentar qué les va pareciendo el fic, si les gusta o qué creen que va a pasar, etc.
Muac.
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tarde .guido sardelli.
Fanfictionte acordaste tarde en llamar, tarde en estar, ya no importa más.