A cara de perro voy a laburar a la tarde/noche del día siguiente en lo de Benja, ni siquiera quiero ir pero necesito la plata y tampoco lo voy a dejar plantado. Él me habla sólo para darme indicaciones o cosas del trabajo, y yo también. Por un lado agradezco que no pregunte nada pero también siento que está enojado conmigo.
Cuando termina mi turno a eso de las doce de la noche vuelvo a casa caminando y una cuadra antes alcanzo a ver que hay una pelea en la vereda del edificio. Pienso que son los del barrio, pero son dos tipos cagando a palos a mi hermano. Corro, cruzando la calle sin mirar y comiéndome la puteada de un motociclista.
-¡Dejenlo, qué mierda hacen! -grito pegándole con los puños en la espalda al que tuve más cerca.
-Salí de acá, pendeja de mierda -me ordena y me da un codazo. Llego a ver a Leonardo en el piso con la cara ensangrentada.
-¡Lo van a matar, basta!
Le dan unas patadas y dejan de pegarle, así que voy al lado de Leonardo y me arrodillo, mirándolo sin saber qué mierda hacer.
-Decile a este pelotudo que el viernes quiero mi plata o lo voy a matar en serio.
Los tipos se van en una moto. Mi hermano me mira y balbucea tratando de hablar.
-Shh, no hables, ¿podés pararte? Vamos adentro.
Un rato más tarde él duerme en su cuarto después de que le curé un poco las heridas. Yo estoy en el sillón del living sin poder pegar un ojo, angustiada.
Ahora que todo se calma mi cabeza decide torturarme y recordarme a Guido; necesito su compañía, era lo único que me sacaba de este clima de mierda. Desde esa discusión no hablamos, solo Pato me mandó un mensaje diciendo que si necesitaba algo le dijera, que no importa qué pasara con su hermano, él es mi amigo, pero no le contesté.
Soy una mierda.
Agarro mi celular y busco entre los contactos uno que hace rato me gustaria tener borrado.
"Eu, estás para vernos mañana a las 20?"
"Ok. Tengo un evento a las 22, querés venir?"
Eso significa que va a pagar más, no hace falta aclararlo porque nos entendemos.
"Como quieras"
"Ponete linda.. aunque ya lo sos"
(...)
La noche del día siguiente falto al trabajo aunque le miento a Leonardo con que voy a ir. Él se la pasa encerrado en su cuarto y lo único que le ruego es que no haga más cagadas hasta que vuelva.
Mientras estoy con ese tipo de nuevo solamente tengo en la mente la razón por la que lo estoy volviendo a hacer: mi hermano. Si esos enfermos lo cagaron a piñas de esa forma por no tener plata, cuando vuelvan y no la tenga lo van a matar.
Mientras me estoy poniendo de nuevo el vestido negro, el hombre se va al baño a darse una ducha. Me siento ajena a mi cuerpo. Me retoco el maquillaje y chequeo estar presentable.
—¿Vamos, Sofi? –me dice, caminando hacia la puerta.
—Esperá, primero necesito lo mío —digo incómoda, manteniendo la mirada en alto. Él se ríe. —Hablo en serio.
—¿Estamos necesitadas de plata? —pregunta burlón y trago saliva. Se puso de nuevo su anillo de compromiso. —Tá bien... —revisa sus bolsillos y saca un fajito de billetes, extendiéndomelo.
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tarde .guido sardelli.
Фанфикte acordaste tarde en llamar, tarde en estar, ya no importa más.