XXVIII

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Por Kayn:

La mañana después de la fiesta trajo consigo una resaca suave, pero no podíamos permitirnos quedarnos en la cama mucho tiempo. La música aún resonaba en nuestros oídos, pero teníamos deberes que cumplir y desafíos que enfrentar. Me dirigí a la cocina para preparar café mientras Akali, con ojeras apenas visibles y su pelo esponjado, se unía a mí.

Akali: Buena fiesta, ¿verdad?

Kayn: Increíble. Pero ahora, volvamos a los negocios. ¿Quieres un poco?

Akali: Gracias, te acepto el gesto amor.

Después de tomar un sorbo de café, se me ocurrió proponer una idea.

Kayn: Creo que es hora de prepararnos para lo que se viene. No sabemos cuándo la mafia pueda golpear, y necesitamos estar listos para darles una buena pelea.

Akali frunció el ceño, con una chispa de determinación en sus ojos.

Akali: Darles una buena pelea, ¿eh? Dime cuando empezamos.

Kayn: Así me gusta, amor. Necesitamos estar un paso adelante y mostrarles que no vamos a ser víctimas.

Akali: Exacto. Y si van a venir por nosotros, mejor que estén preparados para la pelea de sus vidas.

Al escuchar eso, asentí, complacido con la actitud de Akali.

Kayn: Primero, trabajaremos en nuestro estilo de combate. Necesitamos superar nuestros límites y dar todo de nosotros.

Akali: Debemos ser listos, debemos también entrenar nuestras tácticas y como explotar sus puntos débiles a nuestro favor.

Kayn: Cierto. Si nos enfrentamos a la mafia, necesitamos trabajar no solo sobre la fuerza bruta, sino también inteligencia y coordinación. Vamos a mostrarles que no pueden separarnos.

Akali: Entendido. Voy a asegurarme de que sepan que no somos presa fácil. Además, la parte táctica la tenemos cubierta por mi parte, amor.

A medida que discutíamos más detalles sobre el entrenamiento, la seguridad de Akali se reflejaba en cada palabra. Estaba lista para enfrentar la amenaza de frente y dejar claro que no íbamos a retroceder. Dicho y hecho, nos dirigimos al gimnasio para llevar a cabo el entrenamiento. Aunque antes de ir, fui a mi habitación por mi vieja guadaña, aquella que no usaba desde hace tiempo que vivía con Zed, vaya recuerdos. Después de eso, me dirigí a la sala de entrenamiento donde mi novia ya se encontraba, preparándose para el intenso entrenamiento. Estaba lista para luchar.

Kayn: Bien amor, empecemos con algo básico. ¿Crees poder seguirme el paso?

Akali: Claro, ¿quieres una demostración?

Kayn: Adelante... Veamos que eres capaz, ataca con todo lo que tengas.

Akali se colocó en posición, sus ojos brillando con una mezcla de concentración y confianza. En un instante, se lanzó hacia adelante con una serie de patadas ágiles y movimientos fluidos, demostrando la gracia y la potencia de su estilo de combate. Sus movimientos eran rápidos y precisos, mostrando una destreza que solo una maestra en las artes marciales podría poseer. No dispuesto a quedarme atrás, contraataqué con un giro rápido, esquivando una patada y contraatacando con un puñetazo bien colocado. Akali esquivó ágilmente mi golpe, respondiendo con una combinación de golpes y barridos que me mantuvieron alerta. Desaté una serie de movimientos más intensos, combinando agilidad y fuerza bruta. Akali respondió con gracia, esquivando y contrarrestando con una agilidad asombrosa. Sin embargo, noté una tensión creciente en sus movimientos, como si algo dentro de ella estuviera a punto de despertar.

Kayn: Akali, ¿qué está pasando contigo? Tu magia... está despertando, pero...

Akali: ¡No es suficiente!

Fama Y Amor (Kayn X Akali)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora