Fama Y Amor (Kayn X Akali)

XXXII

Por Akali:

Mi cabeza llegó a un punto en el que sentía que iba a estallar. La magia que percibía era poderosa, no cabía duda... Ira, venganza y justicia se mezclaban en un torbellino dentro de mí. Sentía el poder ardiendo en mis venas, cada recuerdo, cada palabra me transportaba a aquellos días...

Hasta que Kayn logró vincularse a la magia que yo experimentaba y logró sacarme del trance en el que me encontraba. Me sentí más calmada y bajo control, aunque él no parecía muy contento.

Kayn: ¿Puedes explicarme por qué nunca me dijiste que Shen era tu maestro? —preguntó con seriedad.

Mis pensamientos se detuvieron por un momento mientras consideraba su pregunta. ¿Por qué nunca se lo había dicho? Quizás por el peso de mis propios secretos, o tal vez por el miedo a lo que podría significar para nuestra relación y el como me vería en todo esto sobre la mafia.

Akali: N-no lo sé, Kayn. Supongo que había cosas que prefería dejar en el pasado —respondí con nervios.

Kayn frunció el ceño, claramente insatisfecho con mi respuesta.

Kayn: Eso no explica nada. Estamos enfrentando a gente peligrosa, y uno de ellos es tu maestro. ¿Crees que eso justifica por qué no me lo dijiste desde el principio?

Akali: L-lo siento, Kayn. No quería ocultarte nada, pero Shen... Shen y yo tenemos una historia complicada. No estaba segura de cómo reaccionarías al saberlo, y temía que pudiera afectar nuestra misión, a nosotros....

Kayn: Akali... No solo estoy sacrificando mi vida, también lo están haciendo nuestros amigos al querer ayudarnos a combatir a esas escorias. Aunque... ahora, sabiendo esto... me hace entender muchas cosas.

Una ola de culpa me invadió. No deseaba ocultarle la verdad, pero sabía que hacerlo pondría en riesgo nuestra misión conjunta.

Akali: Escucha, sé que estás molesto conmigo, lo entiendo. Debería haber explicado mi relación con Shen antes, pero es un asunto personal, ligado a mi pasado y a mi padre...

Kayn: Entiendo que no quisieras complicar las cosas, Akali. Pero Shen representa una vulnerabilidad para ti, y si llega a explotarla... todos podríamos estar en peligro. Reconozco que cada uno de nosotros carga con sus propios pesos, pero en este momento, la misión es lo primordial —respondió antes de ser interrumpido por el sonido de su teléfono— Deben de ser los demás, hablaremos esto más tarde, tú y yo.

Después de esa conversación, nos dirigimos a recibir a los chicos, quienes llegaron acompañados por un par de agentes y una sorpresa: Pantheon.

Kayn: Así que viniste a ayudarnos, ¿eh? —comentó.

Pantheon: Su situación es urgente. Aatrox me contactó para apoyarlos en esta situación.

Kayn: Entiendo. Bueno, es reconfortante saber que contamos con más apoyo. Por cierto, ¿necesitas que te cuente los detalles sobre el plan, Talon? —preguntó.

Talon: No, tranquilo. Jhin ya me los explicó. Tenemos un trabajo que hacer —respondió de manera tajante.

Rhaast: ¡Basta de palabras y más acción! Estoy ansioso por comenzar —exclamó impaciente.

Akali: Calma, Rhaast. Eso es precisamente por lo que estamos aquí.

Kayn asintió, comprendiendo la premura en las palabras de Talon. Cada segundo era valioso y no podíamos permitirnos perder tiempo. Al llegar al gimnasio, Pantheon nos convocaría.

Pantheon: Escuchen con atención, esto no será fácil. De ahora en adelante, me llamarán sargento. Me encargaré personalmente de que entiendan el infierno que van a enfrentar, ¡¿Han entendido?! —sentenció con autoridad— ¡Formación! —ordenó.