Fama Y Amor (Kayn X Akali)

XXXV

Por Kayn:

Las cosas se estaban complicando. Las noticias comenzaron a llegar sobre las operaciones que habíamos llevado a cabo, especialmente la última... Policías asesinados... a manos nuestras, gracias a esos desquiciados. No puedo evitar sentir que ahora llevo el peso de un pecado que nunca podré redimir. Lo único que veo es a nuestro grupo sumido en pensamientos profundos sobre nuestro último golpe, intentando poner fin de una vez por todas a todo esto. Decidí hablar con cada uno, necesitaba saber cómo se encontraban, especialmente Akali.

Kayn: Amor, ¿podemos hablar?

Akali: ¿Qué sucede, cariño? —preguntó mientras observaba a la ventana.

Kayn: ¿Cómo te sientes? Sé que la situación pinta mal, pero necesito saber que todos están bien y preparados para esto.

Akali: Pfff, le arrebatamos la vida a policías, eran corruptos, sí, pero eso no justifica quitarles la vida a gente que no sabemos por qué hicieron lo que hicieron. ¿Sabes lo que es eso? ¡Especialmente sabiendo que mi padre fue parte de ellos! —exclamó molesta.

Kayn: Lo sé, Akali. No es fácil. Pero todos hemos tomado decisiones difíciles. A veces, no hay opciones perfectas.

Akali: Pero esto es diferente, Kayn. No puedo simplemente dejar pasar esto. Shen me las va a pagar, ese desgraciado debe morir, en mis manos...

Aatrox intervino con su voz, cargada de determinación e ira.

Aatrox: Lo mismo digo, pero no es solo Shen... Urgot, ese infeliz lo hizo personal. Me hizo matar a compañero míos...

Los tres estábamos inmersos en un silencio pesado, lleno de tensiones no resueltas. Finalmente, Talon habló desde la esquina, con una voz que cortaba el aire frío de la habitación.

Talon: Debemos mantener la calma y actuar con inteligencia. No podemos permitir que la ira nuble nuestro juicio. Hay mucho en juego.

Asentí, agradecido por sus palabras. Era cierto, la ira no nos llevaría a nada. Pero aún así, sentía el peso de lo que habíamos hecho, y sabía que no sería fácil superarlo.

Rhaast: Kayn, tú sabes que no somos santos, en especial cuando estábamos en ese club de peleas —dijo.

Kayn: Lo sé, Rhaast. Pero es diferente, sé que hemos visto la podredumbre en las calles y el crimen, pero no pensé que llegaríamos a esto...

Jhin: Kayn, si supieras, amigo mío. Mi padre llegó a contarme cosas de la guerra, un arte cuya base es la crueldad... Esto es solo una demostración, pero, no por un lienzo mal hecho, vamos a detener la obra con un buen propósito que estamos por realizar.

Miré a Jhin con seriedad. Sus palabras, aunque crípticas como siempre, resonaron en el aire denso de la habitación. Antes de continuar, alguien entró a la oficina de Aatrox, causando que todos nos pusiéramos alerta. Parecía ser el alcalde de la ciudad.

Graves: Fiscal Aatrox, bueno verlo, de igual manera a su equipo.

Aatrox se puso de pie, su expresión tan imperturbable como siempre.

Aatrox: Alcalde Graves, adivinaré, ya se entero de todo.

Graves: Pues claro. Y díganme, ¿qué piensan hacer al respecto? No puedo permitir que esta situación se salga de control.

Aatrox miró al alcalde Graves con una frialdad calculada.

Aatrox: Alcalde, estamos manejando la situación. Nosotros mismos estamos tratando de lidiar con los desquiciados que causaron este desastre. Pero sé que usted no nos creerá, por lo que vamos a demostrarlo.