Capítulo 22

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Tal como su madre le había dicho, solo le hicieron un par de preguntas con respecto al comportamiento de Hao y tras responderlas, fueron libres de irse.

Por suerte, no habían rastros del guía en la zona de la recepción, así que Hanbin y Hao salieron tranquilos y entraron al auto.

"¿Cómo les fue?" preguntó su madre y Hanbin soltó un fuerte suspiro.

"Odio este maldito lugar" Respondió Hanbin sin mirarla y ella no pudo regañarlo por maldecir; ella también odiaba ese lugar.

Sin articular más palabras, su madre arrancó el auto y en silencio se dirigieron a su casa.

Al llegar, Hanbin ayudó de nuevo a Hao a salir del auto y tras agradecerle a su madre por llevarlos, juntos caminaron escaleras arriba hacia la habitación.

Hanbin se lanzó boca arriba sobre su cama y tapó sus ojos con un brazo. Se destapó al sentir como la cama se hundía un poco, indicándole que Hao se había sentado a su lado.

"¿Me regalas un abrazo?" dijo Hanbin después de observarlo.

Con un sonrojo y una pequeña risa, Hao se acostó para abrazarlo y quedó casi que totalmente acostado sobre Hanbin. El ojinegro sintió un cosquilleo en su estómago al escucharlo reír y quiso escucharlo de nuevo.

Con una sonrisa juguetona, Hanbin pasó sus dedos por las costillas del menor y soltó una carcajada al escuchar el grito que soltó.

Cuando dejó de reírse, lo apretó de nuevo a su pecho y pasó con suavidad sus manos por la espalda del menor. Sino hubiera sido por los cardenales que la adornaban, hubiera seguido haciéndole cosquillas.

Sabía que era demasiado cursi, pero Hao había pasado por tanta mierda que se merecía una buena y gigantesca dosis de cariño.

Por las caricias en la espalda y por el cansancio de un cuerpo en recuperación, el joven esclavo cayó dormido sobre el pecho de Hanbin.

Manteniendo las caricias, Hanbin cerró sus ojos para aprovechar y tomar una siesta. Justo cuando se iba a quedar dormido, escuchó un par de golpes en su puerta.

Al abrir los ojos, vió a su madre entrando despacio en su habitación.

"Dejaste esto en el auto." susurró su madre con el folder informativo de Hanbin en sus manos.

"Gracias mamá." respondió Hanbin mientras estiraba un brazo y ella se acercó y le puso el folder en la mano extendida.

"Le diré a Haneul que le prepare algo para dentro de un rato." susurró de nuevo su madre con una sonrisa y extendió una mano para dejar una pequeña caricia sobre el cabello del menor.

Hanbin sonrió al ver que su madre también le estaba tomando cariño al joven esclavo y soltó un suspiro al verla salir de la habitación, cerrando la puerta tras de sí.

Teniendo mucho cuidado de no despertar al menor, Hanbin abrió el folder y observó toda la información que había.

Nombre de sistema: C-257.

Nombre de registro: Zhang Hao.

Fecha de nacimiento: 25/07/2006.

Fecha de ingreso al sistema: 16/09/2012.

Esclavo de categoría:

Nacido ( )

Vendido (X)

Entregado ( )

Cantidad de devoluciones: 2.

•Primera devolución: 23/01/2015.

Motivo de devolución según el poseedor: Dejó de servir.

•Segunda devolución: 08/04/2018.

Motivo de devolución según el poseedor: No sabe seguir órdenes.

***En caso de querer ejercer la devolución, presentar al esclavo a las oficinas del C.A.E junto al formulario y una carta adjunta con el motivo de devolución.****

Hanbin pasó la página y encontró una copia del formulario que tuvo que llenar para hacerse poseedor. Además encontró las cartas de los dos imbéciles que habían tenido a Hao.

Sin pensarlo dos veces y sin tomarse siquiera el tiempo de leer media palabra, Hanbin tomó las cartas con ambas manos y las rompió en dos, provocando que el joven esclavo se sobresaltara en su pecho.

El mayor dejó el papel de lado y pasó sus manos sobre la espalda del menor, como arrullándolo para que se durmiera de nuevo. Cuando Hao volvió a quedarse dormido, Hanbin tomó de nuevo el folder en búsqueda de más información sobre el menor, pero no había más.

Hanbin esperaba encontrarse información como alergias, tipo de sangre, nombre de sus padres, sus apellidos, pero no había más.

Como si para el mundo Hao no fuera otra cosa más que un esclavo.

Y así era.

Con un suspiro amargo, Hanbin hizo a un lado el folder y volvió a envolver al menor en sus brazos.

Si antes sentía una urgencia por llenar al menor de cariño, pues tras leer el formulario el sentimiento se multiplicó y ahora quería simplemente pasar sus días llenándolo de caricias.

Y la verdad, no era una mala idea.












Nota: la edad de Haosito está un poquito alterada porque en esta historia tiene 17 añitos 💗💗 espero que estén disfrutando de la historia!!

Liberame - Haobin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora