Capítulo 27

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Hanbin lo vió salir de la habitación y se quedó de pie unos instantes en medio de aquella habitación, completamente confundido.

Sabía que no debía presionar a Hao y pensándolo bien, comprendía que no quisiera o tuviera miedo de vivir una vida diferente a la que le habían forzado.

¿Pero el tiempo viviendo allí no había ayudado para que viera que una vida libre sería millones de veces mejor?

¿Acaso no era ese el sueño de toda persona privada de libertad?

Sabía que Hao tenía razón y que hasta donde tenía entendido, no existían esos lugares en los que pudiera ser libre, pero deseaba poder encontrar algun lugar que fuera al menos un poco diferente.

Claro que las ganas se le cayeron un poco después de la reacción que tuvo Hao después de haberlo mencionado.

Deseaba bajar e interrogar a Hao hasta que le explicara qué sucedía, pero sabía que forzarlo no era lo correcto.

A pesar de comprender que tal vez le temía a la libertad, Hanbin no podía evitar sentirse un poco dolido ante la situación.

No era secreto que Hanbin estaba terriblemente enamorado del menor y no había nada que deseara más que Hao fuera libre para poder estar con él y amarlo como se merece... pero entonces, ¿eso significaba que Hao definitivamente no lo quería de esa manera?

Con un sacudir de su cabeza, Hanbin caminó hasta su cama y empezó a recoger las prendas de ropa y para luego dirigirse hacia su armario para acomodarlas allí junto a su ropa.

Sabía que estaba siendo brutalmente egoísta y que debía dejar a Hao ir creciendo a su tiempo y a su paso.

-

Unos diez minutos después, Hanbin bajó las escaleras y se asomó por la puerta de la cocina. Su cuerpo se relajó al ver a Hao muy tranquilo cocinando al lado de Haneul, siguiendo fielmente las instrucciones que le daba la mujer.

Con sigilo para no ser notado, Hanbin se alejó de la puerta y caminó hasta la oficina de su madre, seguro de que la encontraría allí trabajando.

Para su sorpresa, su madre no estaba trabajando, sino que estaba de pie al lado de la ventana, mirando hacia afuera con una jarra de té en sus manos.

Hanbin tocó un par de veces en el marco de la puerta para anunciar su llegada y su madre alejó su mirada de la ventana para ver a su hijo.

Sin articular palabra, caminó hasta el sofá y se sentó. Su madre imitó su acción y se sentó a su lado.

"Nos topamos con el antiguo poseedor de Hao." dijo Hanbin tan pronto su madre se sentó y escuchó como la respiración de ella se interrumpió al escuchar sus palabras.

Hanbin no le había contado nada a su madre de lo que había sucedido el joven esclavo, porque realmente él no sabía la historia completa, pero el estado en que habían encontrado a Hao era suficiente para que su madre supiera que el antiguo poseedor había sido un completo hijo de mierda.

"Intentó poner una mano encima de Hao y pues..."

"Dime que no hiciste nada imprudente, Hanbin."

"Lo siento, mamá."

"¿Te das cuenta que pusiste en peligro tu vida y la de Hao?" preguntó su madre frustrada mientras ponía su taza en la mesa al lado del sofá. "Te lo dije que desde que trajiste a Erick a casa, te dije que debían tener cuidado afuera, no sabes de lo que es capaz el mundo-"

"Ni siquiera la ley puede hacerme algo por tratar bien a mi esclavo mamá-"

"No Hanbin, la ley no puede hacerte nada pero la gente sí." interrumpió su madre con voz fuerte y Hanbin la miró directo a los ojos. "Agradece que la ley no puede tocarte por eso, pero la gente sí que puede hacerlo y créeme que la ley tampoco te defenderá si te hacen algo, mucho menos si le hacen algo a Hao."

"¿Qué debía hacer entonces, mamá?" exclamó Hanbin frustrado y se levantó, quedando de pie frente a su madre. "¿Debía dejarlo tocarlo y asustarlo aun más de lo que ya estaba? Mamá, ¡Hao estuvo a punto de lanzarse de rodillas frente al tipo! Y si me preguntas prefiero mil veces que me pisoteen a mi antes de que le vuelvan a poner un dedo encima."

"Hanbin, por favor-"

"¡Mierda, mamá! ¡Yo lo amo!" exclamó Hanbin con las manos sobre su cabeza y su voz se quebró al exclamar las palabras. "Mi necesidad de protegerlo excede cualquier advertencia y cualquier peligro que me pueda caer encima."

"Sé que lo amas, mi niño." dijo su madre con voz suave y se levantó. Colocó sus manos sobre las mejillas de su hijo con cariño. "Y por esa razón es que debes tener más cuidado. No sé que le hiciste y no quiero que me digas, pero tuviste suerte de que no te vieron más personas y no intentaron hacerles algo. Por favor sé más cuidadoso la próxima vez."

Ambos se miraron fijos a los ojos y Hanbin sintió como un nudo se formó en su garganta. El ojinegro asintió pequeño y luego se lanzó a los brazos abiertos de su madre.

"Solo quiero que él sea feliz, ¿sabes?" murmuró Hanbin contra el hombro de su madre y sintió como su madre soltó un suspiro pesado.

"Lo serán algún día, estoy segura." respondió ella y muy despacio se separaron del abrazo.

"Gracias mamá." murmuró el ojinegro y empezó a caminar hacia la puerta, pero su madre lo detuvo antes de que saliera.

"Pronto empiezan las admisiones a la universidad. Debes tomar una decisión pronto-"

"Mamá me duele la cabeza, luego hablamos de eso." Hanbin respondió y salió antes de que ella pudiera decir algo más.

Liberame - Haobin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora