Primer día de una nueva vida - Final

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3 años después.


Hanbin caminaba a su clase al lado de Hao, quien caminaba con la espalda erguida y la frente en alto.

Aquella primera protesta años atrás había generado muchos cambios en sus vidas.

Desde aquel día, más personas fueron saliendo de la oscuridad y cada vez se profesaban más personas aliadas.

Conforme pasaban los días, la cantidad de aliados se fue sumando hasta ser una magistral cantidad de la población.

El MDL había superado las fronteras y eran conocidos a nivel mundial. Se habían creado sedes del movimiento en distintos países y Soobin se encontraba al mando de aquella organización.

Hanbin y Hao seguían siendo de las manos derechas del chico, pero habían reducido su participación al acercarse el final de la carrera universitaria de Hanbin; el movimiento era parte de elemental de sus vidas, pero Hanbin no podía esperar a tener su título en mano.

Además de que el ser conocidos como militantes del movimiento, los ponía en un riesgo inmediato.

En ese momento se encaminaban a una de las clases de Hanbin -Hao seguía acompañándolo a la mayoría de sus clases e incluso había empezado a leer de sus libros y aprender él mismo lo que aprendía su novio- pero las cabezas de ambos se encontraban en otro lugar.

En aquel preciso momento, Soobin se encontraba en una asamblea, reunido con diferentes e importantes miembros del gobierno del país, discutiendo, una vez más, la posibilidad de nuevas leyes.

Era una vez más de muchas anteriores que habían sido en vano, pero en cada una se ponían tan nerviosos y ansiosos como la primera vez.

Y en aquella ocasión por algo más específico; Yeonjun, Gyuvin y Ricky habían acompañado a Soobin, como siempre lo hacían, pero en esta ocasión habían informado que solo habían permitido el ingreso a Soobin.

Al parecer, las cosas podrían ser diferentes esta vez.

-

No había pasado la primera media hora de clase cuando Hanbin recibió un mensaje de texto que sacudió todo su ser.

Mensaje nuevo de: Gyu.

'Vengan YA.'

Aquel mensaje no decía básicamente nada; no sabía si aquel llamado era bueno o malo, pero Hanbin le entregó su celular a Hao y empezó a recoger sus pertenencias.

Hanbin se levantó de su asiento y miró a su profesor. El hombre solo lo miró un segundo antes de asentir. En el campus sabían quienes eran ellos y por suerte, la mayoría de profesores eran aliados o se convirtieron en estos con el tiempo.

Sin pensarlo dos veces, los dos chicos unieron sus manos, entrelazando los dedos y caminaron fuera del salón, en dirección a la entrada principal del campus y pronto se estaba subiendo en un taxi con la indicación de que los llevara a los Tribunales de Justicia.

-

Como era de esperarse, las afueras de los Tribunales estaban atestadas de aliados, vociferando sus denuncias y alzando carteles con orgullo, retenidos por una cantidad exagerada de policías.

Hanbin y Hao lograron pasar aquella primer barrera de seguridad al ser reconocidos y subieron juntos los escalones de los tribunales, sus manos temblorosas y sudadas en un fuerte agarre, pero el ceño de Hanbin se frunció al ver que las puertas de los Tribunales estaba cerradas y frente a ellas se encontraba la junta del MDL, entre ellos Gyuvin y Ricky.

Tan pronto llegaron a su lado, Hao envolvió a Ricky en un abrazo y Hanbin miró a Gyuvin.

"¿Qué ha pasado?" preguntó Hanbin sintiendo un nudo formarse en su garganta al ver lo ansioso que estaba su amigo.

"Están deliberando realmente." dijo Gyuvin con la voz temblorosa. "Realmente están considerándolo."

Hanbin lo miró un instante y luego miró a Hao. Sin necesidad de palabras, Ricky se soltó de Hao y se amarró como garrapata al torso de Gyuvin y Hanbin atrajo a su novio de los hombros para darle un abrazo.

Sentía que se iba a desmoronar en cualquier momento y necesitaba sujetarse de quien lo mantenía entero en su vida.

-

Por fin, después de lo que parecieron años, las puertas de los tribunales se abrieron y con ello se instaló un silencio en el lugar; todos los aliados protestantes guardaron silencio, esperando con ansias el resultado de la asamblea.

Los cuatro chicos que estaban esperando se quedaron como estatuas tan pronto vieron las puertas abrirse y Hao sintió como el aire dejaba sus pulmones al ver a Soobin salir de aquellas al lado del presidente del país, adornando una sonrisa que amenzaba con partir su cara y con unos ojos brillando con pasión.

Lo demás fue como momento borroso en la vida de Hao.

"...abolición de la ley de esclavitud..."

"... no como Centros de Alojo a Esclavos sino como Centros de Ayuda a Esclavos de ahora en adelante..."

"...liberación por sectores hasta llegar a la totalidad..."

Toda la información zumbaba en sus oídos junto a los gritos de regocijo que vociferaba la masa de aliados bajo los escalones del edificio.

Sintió un par de manos tomarlo por los hombros y miró al hombre frente a él: a su hombre y sintió las lágrimas inundar sus ojos al ver a Hanbin llorar frente él.

Las mejillas empapadas en lágrimas eran un bonito contraste con la inmensa sonrisa brillando en los labios de Hanbin.

Hao se lanzó a los brazos de su novio y se estrujaron en un apretado abrazo, torsos estremeciéndose uno contra el otro, manos haciendo fuertes agarres en el cuerpo del otro.

Con el rabillo de su ojos, pudo ver a Ricky acurrucado al pecho de Gyuvin, sacudiéndose en sollozos y a al más alto sonriendo como nunca, soltando gritos de alegría.

Hao se separó un poco para mirar a Hanbin y sin necesidad de hablar, ambos sabían que pensaban exactamente lo mismo:

"Somos libres."

Liberame - Haobin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora