Malen vio pasar a lady Bethany corriendo desesperada. Ella se dirigía a dar el informe al laird, pero al ver el estado de la señora, se decantó por seguirla y ver lo que realmente hacía.
La vio meterse al lugar donde pasaba largo tiempo. Ella tenía sus sospechas. Con su esposo en el castillo se terminarían los secretos y cada quien obtendría lo que le correspondía.
—¿Puedo pasar, señor?
—Adelante Malen. Es momento que me dé el informe. Cierre la puerta y tome asiento.
—Gracias laird. Debo decir que me ha costado trabajo seguirle el paso a su mujer. Es muy activa y no le gusta que yo esté cerca de ella, ni que la acompañe a ningún lado. Prefiere la compañía de Rowan y Mary.
Eso no le agradó a Aidán, pero no la interrumpió. Quería escuchar lo que su mujercita se había dedicado hacer en esos dos meses en los que él no estuvo.
—Una de las peores cosas que hizo en este tiempo fue la de pelearse con la espada como si fuera un hombre con Rowan. Creo que eso no le hace bien a la creatura que espera de su señoría. Ese ejercicio no es para una mujer encinta y menos si es su primer heredero. También está el asunto de que todos los días salía a caminar o montar, con Rowan, incluso lady Mary los acompaña. Darren se encuentra encantado con la señora del mismo modo. Practican tiro con flecha.
»Luego un fin de semana salieron de cacería los cuatro, junto a Ginebro. Que terminó dejando el establo solo. Freya se atrevió a regañarlo por su irresponsabilidad y su mujer se enfrentó a ella diciéndole que era la ama y señora del lugar. Que sí ella lo mandaba acompañarla, el muchacho tenía que obedecer. Que Freya hiciera lo pertinente para que alguien más cuidara los establos sí sé encontraba tan preocupada. A partir de ese día salió a montar todos los días con el contestón de Ginebro. Yo pienso que lo hizo para increpar a la pobre de Freya.
—¿Hubo algún enfrentamiento físico por parte de las dos?
—No. La verdad es que si no toca a nadie de los hombres que protege su esposa. Ella no le presta atención a lo que haga o diga Freya.
No le agradó que Malen volviera hacer referencia a que su esposa protegiera a los varones que le servían y que eran casi como hermanos para él.
—¿Qué más Malen?
—Pues en todo este tiempo pasaron muchas cosas, pero...
—¿Qué? Deja de retorcerte el mandil entre las manos y dime absolutamente cualquiera de las cosas que hizo, por más duro que creas que parezca.
—Es que no hay día que la dama no se dirija a las azoteas del castillo. Llega hasta la torre más alta. Se encierra ahí y pasa mucho tiempo, Dios sabe haciendo qué. Yo pienso que se ve con alguien, porque siempre escucho murmullos cuando está encerrada ahí. También ruidos. Un día esperé a que se fuera ella, pedí la llave a Freya para entrar, pero no había nadie milord. Más yo no conozco tan bien la edificación.
»Sé que existen pasadizos secretos que se comunican con habitaciones. La verdad eso usted lo sabrá mejor. Lo peor de todo me da mucha pena mencionarlo. Lo cierto es que tiene que saber la verdad. Escuché una plática con su prima. La mujer le preguntó ¿por qué actuaba así? Si le había dicho que estaba enamorada de un escocés y dijo...
—¡Así es que ama a otro!
Aidán se levantó tan rápido que aventó su pesada silla de madera. Al ser tan grande se hizo un estruendo fuerte.
—Pues eso fue lo que dijo su prima. Yo no sé más. Lo único que le puedo decir es que ahorita ella se encuentra encerrada en la torre de los trebejos. Me acerqué y escuché movimientos y murmullos de nuevo. Aquí está la llave que me acaba de dar Freya por si quiere ir a ver al incauto.
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COMPROMISO TORMENTOSO
Tarihi KurguAidán, laird de un castillo, descubre que su padre acordó con el rey que desposará una dama británica, a sabiendas de que él desprecia ese tipo de mujer. Que tan dispuesto estas a someter tu felicidad, con tal de mantener tu honor y propiedades a sa...