T r e s.

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Después de que su padre se marchara, Kath subió a su habitación alegando que haría tarea. Pero en realidad, ni siquiera había tarea que realizar. Lo que quería era ver el cuaderno dorado.
Se sentó frente al escritorio de madera. Colocó la libreta y después inhaló y exhaló antes de hojearla.
En cuanto la tocó, una ligera corriente la recorrió a través de sus dedos y retiró la mano.
Volvió a intentarlo y esta vez pudo tocarla sin sentir nada. En cuanto sus páginas estuvieron bajo su mirada, frunció el ceño.
Estaba repleta de frases que sólo tenían sentido si se le veía como una lista de deseos.

Quiero tener más músculos.
Quiero ser fuerte.
Quiero que mi acné desaparezca.
Quiero medir 15 centímetros más.

Dejó de leer, aquello era absurdo. Y era más que obvio que lo había escrito un chico. Pero la libreta no parecía pertenecer a un hombre.
Tal vez se trataba del diario de algún chico acomplejado que sufría de constante violencia por parte de compañeros. En esos momentos agradeció ser invisible para todos menos para Phineas. Así nadie la molestaría.
Continuó leyendo lo que había en la libreta por simple curiosidad, así somos de curiosos los humanos.

Quiero entrar al equipo de fútbol.
Quiero que el pe...

Soltó una carcajada. Eso ya era demasiado. El chico estaba hablando de que quería su miembro más grande.
Las carcajadas de la chica iban en aumento, eso era tan ridículo. ¿De qué serviría escribir ese tipo de cosas en una libreta? Aceptaba que algunas cosas eran posibles pero, algunas...
Tomó un bolígrafo del escritorio para escribir que quería una foca bebé. Pero parecía que el bolígrafo se había quedado sin tinta. Así que intentó con otro y sucedió lo mismo. Extrañada, tomó otro bolígrafo y lo anterior se repitió. No podía ser posible, los bolígrafos eran nuevos.
Desesperada tomó un lápiz y eso funcionó.

Quiero una foca bebé.

Eso fue lo que escribió.
Después de tres segundos se echó a reír porque había caído en aquel tonto juego.
Se levantó de la silla y se dispuso a irse a la cama un momento antes de la cena.
Cuando sus ojos estuvieron en el piso de la habitación, gritó. Una foca bebé estaba en el piso, viéndola, siendo linda y con ojos brillantes.

La libreta mágica.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora