D i e c i n u e v e.

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Comenzó a reír cuando levantó la vista y todo lo que había escrito se había cumplido.
Kath escuchó la misteriosa risa de Phin y levantó la vista en su dirección.

- ¿Qué ocurre?

- Nada - mintió el chico, aguantando la risa. Su amiga ni siquiera notaba lo que sucedía.

- ¿Acaso encontraste lo que estaba escrito al principio de la libreta?

- ¿Al principio?

Phineas fue directo a las primeras páginas y comenzó a leer.

Reaccionó de la misma manera en la que lo hizo Katherina, soltó varias carcajadas. Pero después su cerebro comenzó a trabajar mejor y le preguntó a su amiga:

- ¿Por qué no me dijiste que la libreta tiene dueño?

Su amiga dejó de reír y observó a su amigo por un rato.

- Porque no quise - decidió responder, encogiéndose de hombros.

- Debemos devolverla - dijo Phineas.

- ¿Estás loco? ¡Yo la encontré! Ahora es mía.

Phineas siguió revisando la libreta y en la pasta de atrás descubrió algo.

- Oye - llamó la atención de su amiga, quien ya había puesto atención a su tarea de matemáticas.

- ¿Qué sucede?

- Hay una letra en la libreta.

La chica lanzó el cuaderno a un lado, ella no había visto nada. Le quitó la libreta de las manos a su amigo para comprobar por ella misma que lo que le dijo era verdad.
En la esquina inferior derecha de la libreta había una letra N y un punto antes de la letra (. N).

- Parece que borraron la letra anterior.

Phineas se levantó y se puso a ver la libreta también, Katherina aún la sostenía entre sus manos.

- Son iniciales, o lo eran. El dueño tiene un apellido que empieza con ene.

- La encontré camino a casa, el antiguo dueño podría vivir cerca de aquí - comentó Kath, aunque preferiría no entregar la libreta, eso era lo correcto.

- ¿Y si lo buscamos? - propuso Phineas.

- ¿Al dueño?

- Sí. Tal vez la perdió y la está buscando.

- ¿Quieres qué te lleve a dónde la encontré? - preguntó Kath deseando que su amigo dijera que no y conservaran la libreta con ellos. Ella necesitaba esa libreta, eso sentía pero también sabía que tal vez era imposible encontrar a quien la estaba buscando, si es que lo estaba haciendo.

- Sí, vamos.

La libreta mágica.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora