T r e i n t a y c i n c o.

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Cuando Katherina tomó el autobús cerca de casa, todos los ojos se depositaron en ella; incluso los de aquellos que siempre ignoraban a todo el mundo. ¿Quién era ella? Nadie la había visto antes abordar el autobús y nadie recordaba tampoco que en ese lugar quien se subía al transporte era Kath.
Avanzó por el pasillo, donde encontró un asiento libre junto a un estudiante que no iba en su clase. El chico la vio asustado, no se creía que aquella belleza hubiera decidido sentarse con él. Incluso revisó si había más asientos vacíos. Y descubrió que si los había, pero ella se sentó con él. Pero para Katherina no tenía importancia con quien viajaba hacia la escuela. 

Phineas ocupó su asiento habitual, recordando que tenía clase con su mejor amiga, la cual no sabía si lo seguía siendo .
Uno de los chicos del equipo de fútbol se acercó a saludarlo después de haber entrado al aula y después se fue a su lugar.
Él suspiró. Volvió a tomar aire y sacó su cuaderno.
Justo cuando levantó su vista, cuando apartó sus ojos de las rayas azules de las hojas de su cuaderno, la vio. ¿Quién era? ¿Acaso era Katherina? ¿Ese monstruo era Kath?




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