La libreta mágica.

V e i n t i d ó s.

Katherina y Phineas se encontraron en la entrada de la escuela, algunos minutos antes de que sonara el timbre que indicaba el inicio de las clases.

- Bien, tienes que hacer una lista de todos los chicos que encuentres en clase que tengan nombre o apellidos con la letra N, ¿de acuerdo?

- Sí, cuando estemos en clase de arte reunimos los datos y comparamos para descartar sospechosos.

- De acuerdo - sonrió Phineas -. Seremos detectives por un rato.

Cada uno se fue a sus clases a cumplir con su labor.

Phineas tenía clase de biología a la primera hora.
Entró al laboratorio esperando que no hubiera nadie más que el profesor, pero había sólo un chico. Era del equipo de fútbol, lo sabía porque llevaba puesto el uniforme, al menos la parte de arriba.

- Hola.

El chico levantó la vista, algo asustado.

- ¿Qué haces? - inquirió Phineas.

- Buscaba algo - respondió el chico.

A la mente de Phineas enseguida llegó la imagen de ls libreta dorada.

- ¿Cómo te llamas? - preguntó para sacar información.

- ¿No me conoces? Pensé que estar en el equipo de fútbol me haría más popular.

- Me gusta más el baloncesto - respondió Phineas encogiéndose de hombros. La verdad era que él no le presta atención a nadie por más popular que sea.

- Soy Steve Nicols. ¿Y tú?

¡Nombre con N! Mejor dicho, apellido.

- Phineas Armonds.

Se estrecharon las manos como saludo.

- ¿Y qué buscabas? Te puedo ayudar - se ofreció Phineas, sólo para ver la reacción del chico.

- No, no - respondió el chico -. No necesito ayuda, estoy bien así. Sólo... Olvídalo.

- ¿Tienes esta clase? - le preguntó Phineas, no lo había visto antes en el laboratorio.

- Sí, pero no a esta hora. Sólo pensé que lo que había perdido estaba aquí. Nos vemos luego, Phineas - y eso fue lo último que dijo antes de salir del laboratorio.

No había dudas para Phineas ahora, la libreta le pertenecía a Steve.

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Espero que les esté gustando.

¿Creen que la libreta es de Steve?