La libreta mágica.

T r e i n t a y c u a t r o.

Esa mañana, Katherina se levantó de la cama con demasiado sueño. Pero por alguna razón se aproximó de prisa hacia el espejo.
Sus ojos se encontraron con otra persona. Ojos verdes, cabello rubio y largo. En ese cuerpo había dos prominencias a la altura del pecho, del mismo tamaño y apretadas bajo el sostén. No había pedido un enorme trasero porque él de ella le parecía lo suficientemente grande.
Se acercó aún más a su reflejo y notó que incluso se veía mayor.
- ¿Esa soy yo? - se preguntó en voz alta.
Continuó examinándose de pies a cabeza.
- Sí, soy yo - se mintió.
Pero al menos por dentro seguía siendo la misma. Pero quizás, no por mucho.
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Cuando Phineas entró a clase, reconoció algunas caras de los chicos que estaban en el entrenamiento el día anterior. La mayoría lo vio casi con admiración y él los veía con miedo, nunca pensó que un gol le daría popularidad. Y la verdad no le gusta para nada, sentía que de ahora en adelante no tendría vida privada. Sólo faltaba que las animadoras estuvieran detrás de él.
Puso los ojos en blanco cuando un grupo de chicas le sonrió.
¿A qué chico no le gustaba la atención de las chicas? Claro, sólo a él. Y había una razón, una que tenía muy escondida y jamás debía salir a la luz.

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