Capítulo 13

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Un soldado estelar y un divorcio fatal

Hazel

Me duele todo el cuerpo. No sé con qué me golpeé durante la explosión, pero tengo la espalda y las piernas amoratadas. De vez en cuando me duele al respirar y temo haberme dañado algún pulmón sin querer.

Rasiel me está extendiendo una crema por mi cuerpo después de que me despertara de la siesta que necesitaba. Hasta el más mínimo toque de sus dedos me forma un cúmulo de sensaciones dolorosas.

Otra escapada de la muerte y ya van... ¡Jesús, ni siquiera sé cuántas van ya! Me estoy haciendo amiga de la muerte y no quiero serlo.

Me abrazo a la almohada mientras Rasiel me pone la crema en la espalda. Todo está en silencio. Se ve que ha estado pendiente de las noticias locales de Bahía Blanca, nadie encuentra explicación a lo que ha pasado.

La única explicación real es que una loca ha empotrado un barco carguero de la Marina contra una fábrica petroquímica en la que se fabricaba droga por orden del presidente del Gobierno.

<<Surrealista>>.

Tengo que avisar a Oliver de todo, tengo los audios y las imágenes. Tiene que meter a los dos en la cárcel e investigarlo bien, pero lo haré cuando llegue a casa.

Miro la hora que es, debemos estar a punto de llegar. He dormido durante más de quince horas seguidas...

一Tú teléfono ha estado sonando, pero no me he atrevido a contestar.

Me lo pasa y veo varias llamadas perdidas de mi tío, pero las hizo hace rato. Debe haberse enterado de lo que ha pasado, no suele llamar tanto así que debo haberle preocupado mucho...

Le envío un mensaje diciéndole que estoy bien y que voy de vuelta a casa para que no se preocupe de más.

<<Melyssa>>.

Lo último que me falta es que Melyssa se entere de lo que ha pasado. No quiero que se preocupe...

一¿Te han dado de comer?

一Estás herida, ¿y te vas a preocupar por si comí o no? 一Esbozo una sonrisa al darme cuenta de lo enfadado que está Rasiel.

一He estado peor...

Cierro los ojos por unos instantes dejando que la crema se filtre por mis poros. El frío de mi espalda me calma, aunque creo que me vendría bien una ducha de agua caliente.

Quiero seguir durmiendo.

El avión toma tierra en el terreno de nuestra mansión una hora más tarde y salgo junto a Rasiel que no me ha dejado cargar ni las maletas ni la mochila. Lo agradezco porque me duelen todos los músculos de mi cuerpo.

La nieve y la oscuridad perenne me reciben, no voy a negar que he echado de menos esto. Veo a Zora salir de casa y empezar a correr en nuestra dirección, se lanza encima de mí tirándome a la nieve, siento su nerviosismo mientras me huele cada parte del cuerpo.

一Estoy bien, pequeña.

Me lame toda la cara y se revuelve contra mí para que juegue con ella. Me fijo en Rasiel que ha perdido el bronceado de golpe al ver a mi tigresa blanca.

一No te va a hacer nada mientras no seas una amenaza para mí.

Agarro su mano que está fría, ambos vamos con ropa de verano y nos estamos quedando helados. Le llevo hacia la casa mientras mis arsyos me saludan y entro por la puerta abierta sintiendo el calor placentero del interior.

Mi tío aparece lanzándose hacia mí y veo la cara de pocos amigos que tiene.

一Quiero encerrarte, ¿lo sabes? He visto la explosión con las imágenes del satélite y casi se me sale el alma del cuerpo, Hazel 一susurra y me aferro a él.

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