Capítulo 32

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Vulnerabilidades y rechazos

Alexander

Admiro su figura hipnotizante sin poder concentrarme en cualquier otra cosa. Su olor lleva distrayéndome toda la noche y no he sido capaz de apartar la mirada de ella.

Encima con un jodido vestido blanco impresionante que atrae todas las miradas y que me pone cachondo como un adolescente. Parece que tengo 16 años en vez de 31.

La veo despedirse de sus padres y sus amigos sin hacer caso a las palabras de Sophia que parece una jodida cotorra.

La prensa la aborda antes de entrar en la casa y la veo sonreír contestando a las preguntas que le hacen.

Una bola de papel choca contra mi oreja y miro a Varick que me ve con una sonrisa divertida.

Me está tocando las pelotas mucho.

一¿Qué?

一Vente a tomar una copa. 一Me guiña un ojo y se levanta yendo hacia la barra del jardín.

Lo miro indeciso, pero es eso o quedarme escuchando las estupideces de Sophia. Pido un bourbon y miro a mi primo que parece divertido.

一¿Qué quieres, maldito incordio?

一Creo que deberías meterte en los grupos de la central, estás desactualizado.

一¿Qué quieres decir con eso?

一Que no te enteras de nada 一se ríe volviendo a hacerme enfadar一. Esta mañana te dije que Sophia le gritó a Hazel, ¿recuerdas? 一Asiento一. Sophia le tiró zumo de naranja por la cabeza a la hora de la comida y Hazel la tiró contra la mesa llenándole la cara de salsa de tomate.

Miro hacia la mesa y mi cabreo aumenta viendo cómo se ríe ampliamente. Esta estúpida mujer no va a parar de meterme en problemas. No soporto sus celos enfermizos.

一Por eso has dicho lo de la salsa de tomate en la mesa, ¿no?

一¡Qué avispado! 一se ríe y ruedo los ojos.

Problemas, problemas y más problemas. Con esta mujer son todo problemas.

一¡Cuidado con ella, primo! 一me avisa a la par que me guiña un ojo.

Varick se marcha hacia la mesa en la que están los del escuadrón oscuro y me froto las sienes intentando pensar en algo para controlarla y que no se acerque a Hazel, pero tiene fijación con ella.

No habré ayudado al salir tras ella cuando se fue al baño, ni con darle de comer, mucho menos con las fotos grupales, pero no puedo estar lejos de ella.

Mi cuerpo la aclama.

Me giro en el asiento para dar un trago a la bebida intentando pensar en algo más, pero tengo la cabeza embotada con tanto problema a mi alrededor.

一Ponme un Long Island 一piden a mi lado一. Te noto distraído.

一Solo estoy tomándome una copa.

一Te conozco demasiado bien, Alexander.

Acabo con mi bebida dando un golpe seco al dejar el vaso.

一¿Qué quieres?

一Ha sido entretenida la noche.

Mi mirada se concentra en la tela de su pecho. ¡Por Dios! Me aguanté la risa mucho.

一No es un circo.

一Lo parecía, tu prometida es la payasa mayor 一espeta mordaz y me río.

No le cae bien casi nadie. Me asombra que se haya prestado para estar rodeada de gente.

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