Capítulo 46

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Segunda oportunidad

Hazel

Termino de ver las imágenes grabadas de la comparecencia de Oliver. No sé bien qué decir al llamar a mi padre… No me va a perdonar lo que he hecho, aunque no es que me importe demasiado ahora mismo.

Tomo el teléfono, los tonos se suceden y no contesta. Vuelvo a marcar su número, pero me corta. 

Lo veía venir…

一Mami. 

一Dime, mi amor. 

Adrik se acerca al sofá y se impulsa con torpeza para subir a él. Zora le da un último empujón en el trasero y se sienta a mi lado mirando la pantalla de la tablet. 

一¿La abuelita? 一pregunta señalando a la mujer de ojos azules que hay en la pantalla. 

一Sí, es la hermana del abu Lev, mi mami.

一¿Él es mi abuelito? 一señala a Oliver. 

一No, cariño, él es el papi de Alexander 一respondo一. Aunque, técnicamente, ambos están saliendo, así que sí, sería tu abuelito.

Me preocupo cuando se queda mirando la pantalla, después se mira los dedos y hace unos gestos como si estuviese contando. Melyssa nos mira raro desde la otra punta del sofá, está leyendo un libro con la tapa oscura, pero no sé cuál.

一Si el papi de Alex es mi abuelito, ¿Alex es mi papi?

Melyssa suelta el agua que había tragado del vaso y empieza a toser fuertemente mientras yo me quedo estática sin saber qué contestarle. 

¡Ay, Jesús! ¡No quiero tener que explicarle tan pronto!

一No, mi amor…

Vuelve a quedarse quieto mirando fijamente la pantalla. Aleia llega al lado de Melyssa y le vuelve a traer la jarra llena de agua para que se sirva. Me hace un gesto de incredulidad cuando vuelve a llenar el vaso y se toca la garganta. 

一¿No tengo papi?

Dejo la tablet a un lado y tomo a Adrik en brazos poniéndolo sobre mis piernas. Le acaricio los mechones de su cabeza y le toco la nariz haciendo que ría. 

一No sé quién es tu papá, mi amor… 

一¿No? 一Frunce el ceño y niego.

一Mi amor, yo no soy tu mamá biológica. 

Veo que no comprende por cómo se contrae su cara. 

一Una mamá biológica es una mamá que tiene tu sangre. 

Le señalo el bracito en el que se le marca una venita y frunce el ceño de nuevo cuando coloco mi brazo al lado. 

一¿No eres mi mami?

一Sí lo soy. 一Pego mi frente a la suya y beso su naricita y sus manitas一. Te he criado, te he cuidado y te quiero tanto que daría la vida por tí, eres mi pequeño diablillo y mi tigrito, aunque no tengamos la misma sangre, para mí es como si la tuvieras… 

一Me gusta ser un diablillo, mami 一me dice con lágrimas en los ojos que retiro enseguida.

一Eres mi hijo y, si alguien te dice lo contrario alguna vez, sufrirá el peor de los destinos, ¿comprendes?

Asiente y salta envolviendo mi cuello con sus bracitos. Acaricio su espalda notando que está un poquito caliente y compruebo si tiene fiebre. 

Unas décimas.

Miro la hora que es, aún es temprano. 

一Aleia, ¿me puedes traer el jarabe para la fiebre de Adrik?

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