Capítulo 37

1.2K 89 52
                                    

Que no le roce ni el aire

Alexander

Sus caderas se balancean en un movimiento hipnótico que hace crecer el deseo que ya siento. Su pelo negro recogido en una coleta alta se va moviendo con cada paso hasta que desaparece por las puertas de la Iglesia. 

Una diablesa en la casa de Dios.

Detengo mi impulso de seguirla porque es algo que ahora no puedo hacer, ya tengo cita en el médico, todo está en orden, y no lo quiero retrasar más. 

一¿A dónde tiene que ir? 一pregunta Dimitri.

一Nos dijo que era algo personal 一comenta Cass. 

一Volverá el lunes 一dice Cristina. 

一¿Lo sabías? 一me pregunta Dimitri divertido y asiento. 

一Lo dijo anoche. 

Me lo dijo, pero no me dijo el motivo. No me voy a enfadar porque ya sé que tiene muchas cosas entre manos. 

一Espero que no se meta en problemas, bastante tiene ya con lo nuevo de Ethan.

Me quedo mirando a Cristina por lo que acaba de decir. 

一¿Qué problema tiene con Ethan? 一pregunta Maksim confuso. 

一Ha llegado a la hora de la comida a nuestra mesa y le ha dicho de hacer algo esta tarde, ella se ha negado y le ha insistido hasta que Hazel ha explotado… 

Ese gilipollas siempre detrás de ella. Con una vez que le diga que no, es suficiente.

一¿Cómo que ha explotado? 一Stefan se sienta y es Cass la que contesta. 

一Se ve que Ethan le dijo algo…

一¿El qué? 一pregunta de nuevo y las chicas se miran. 

一Que como no pudo con el Comandante, estaba probando con el padre. 一Cass clava la mirada en mí. 

一Hazel le ha dejado claro que no quiere nada con él y que no vuelva a hablarle así, lo ha escuchado todo el mundo 一comenta Cristina. 

Vuelvo a levantar la cabeza mirando al Cristo tranquilo, los ocho se me quedan mirando mientras en mis venas está bullendo la sangre. 

¡El odio que tengo por ese puto cagón es superior a mis fuerzas!

Volteo y empiezo a caminar hacia el exterior con calma. Oigo las voces de los chicos a lo lejos llamándome, pero no me detengo hasta que me meto en mi coche y acelero. Llamo a Adler, el guardaespaldas jefe de Oliver, por lo que sé, está en el comando con él. 

一Dime, Alexander. 

一Quiero que me digas si Ethan Hunter sigue en la central. 

一Te llamo en cinco minutos.

Adelanto a todos los coches con los que me voy cruzando en el centro de la ciudad y salgo a la autovía. Miro por el espejo retrovisor viendo el coche de Maksim detrás de mí y me salta su llamada en el teléfono. 

一¿Qué?

一¿Qué estás haciendo? 一pregunta exasperado.

一Tengo trabajo. 

一Alexander, no vayas a hacer una tontería. 

Cuelgo la llamada y sigo conduciendo por la carretera. El nombre de Adler aparece en la pantalla y descuelgo. 

一Está en la base entrenándose en el antiguo gimnasio, ha peleado con un par de agentes  en el cuadrilátero. 

一Que no salga de ahí 一ordeno y dejo el teléfono.

ÉreboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora