Capitulo 6

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El rugido atronador del dragón sacudió el silencio de la noche, despertando a Duxo y Aquino de golpe. Sin tiempo para prepararse adecuadamente, se encontraron cara a cara con la bestia que descendía sobre ellos con una furia desenfrenada.

En un instante, Duxo y Aquino se pusieron en posición de combate, sus espadas brillando bajo la luz de la luna. Pero antes de que Duxo pudiera lanzarse al ataque, Aquino lo detuvo con una mano firme. -Déjame protegerte, Duxo-, declaró con determinación, su mirada llena de resolución. Sin embargo, Duxo sabía que no podía dejar que Aquino enfrentara el peligro solo. -No estás solo, Aquino-, respondió con determinación. -Lucharemos juntos, como siempre lo hemos hecho-.

Con valentía y teniendo el apoyo de ambos, se lanzaron a luchar contra el dragon. Aquino se movía con gracia y destreza, esquivando los ataques del dragón mientras buscaba una oportunidad para contraatacar. Duxo admiro como se movía, e intento imitarlo, daba ataques directos y esquivaba el contraataque del dragón.

Sin embargo en medio del caos de la batalla, Duxo sufrió un golpe del dragón mientras intentaba proteger a Aquino. El dolor lo atravesó, pero se negó a rendirse. Con un esfuerzo sobrehumano, se levantó, apoyándose en su espada mientras observaba la pelea con determinación.

Viendo a Duxo herido, Aquino sintió una mezcla de emociones abrumadoras: preocupación, miedo, rabia. Sin embargo, se mantuvo enfocado en la batalla, luchando con todas sus fuerzas para proteger a su amado. Pero sus pensamientos intensivos atacaban también, "Debí protegerlo, es mi prioridad." Se repitió en su mente con desesperación.

A pesar de la adversidad, Aquino continuó luchando, su corazón y mente enfocada en una sola cosa: proteger a Duxo cueste lo que cueste. Finalmente, con un golpe certero, Aquino logró derrotar al dragón, viendo cómo la bestia caía derrotada ante él. Pero su victoria fue agridulce, ya que sus pensamientos estaban con Duxo, quien yacía herido pero aún vivo en el suelo.

Corriendo hacia él, Aquino se arrodilló a su lado, sus manos temblando mientras verificaba sus heridas. -Lo siento, Duxo... Lo siento tanto-, murmuró entre sollozos, su corazón lleno de remordimiento y angustia por haberlo puesto en peligro.

Pero Duxo, a pesar del dolor, sonrió débilmente y le aseguró a Aquino que estaba bien. Juntos, se abrazaron con fuerza, encontrando consuelo en el calor mutuo de sus cuerpos.

Después de la intensa batalla con el dragón, Aquino ayudó a Duxo a levantarse y lo llevó de vuelta al campamento. Con cuidado, revisó las heridas de Duxo y las curó con habilidad, pero al darse cuenta de que se había olvidado de recoger la esencia de dragón, su rostro se llenó de una expresión de vergüenza. Duxo no pudo evitar reírse de él. Aquino apenado fue corriendo a recoger la esencia de dragon.

A medida que el sol se elevaba en el horizonte, Duxo se despertó con renovada energía, listo para continuar su viaje. Sin embargo, Aquino, que había pasado la noche en vela por si acaso eran atacados de nuevo, lucía visiblemente agotado.
Preocupado por su compañero, Duxo lo observó con atención. A¿Estás bien, Aquino? No pareces estar en tu mejor forma-, comentó con cariño.

Aquino intentó ocultar su cansancio, pero sus ojos delataban la falta de sueño. -Estoy bien, Duxo... Solo un poco cansado. ¿Y tú? ¿Cómo están tus heridas?- respondió con un tono algo fatigado. Viendo la preocupación en los ojos de Duxo, Aquino finalmente cedió. -Supongo que un pequeño descanso no nos vendría mal-,admitió con una sonrisa cansada.

Así, se tomaron un tiempo para descansar y recargar energías, compartiendo risas y conversaciones mientras disfrutaban del cálido sol de la mañana. Ya tenían todo para el hechizo, sólo tenían que llevarlo acabo.

Again? [Duxino]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora