Capítulo 14

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Aquino no podía dejar de pensar en las palabras de Duxo. La promesa de encontrar una forma de volver a su mundo resonaba en su mente, pero algo no cuadraba. Las pequeñas inconsistencias en las historias de Duxo empezaban a formar una sombra de duda. Había detalles que no encajaban del todo, y aunque confiaba en Duxo, no podía evitar sentir una inquietud creciente. Sin embargo, Aquino no quería apresurarse a juzgar. Decidió observar y buscar pruebas sin confrontar directamente a Duxo, prefiriendo asegurarse antes de causar una confrontación innecesaria o quizás no quería creer que Duxo sería capaz de ello.

Aquella mañana, mientras Duxo estaba ocupado en el jardín, Aquino decidió investigar un poco. La oportunidad era perfecta, así que se dirigió al estudio/zona de encantamientos de Duxo, un lugar lleno de libros, encantamientos, hechizos y mapas. Mientras revisaba los estantes, encontró un antiguo grimorio de hechizos y portales. Aquino tomó nota mental de investigar más tarde sobre el tema de los portales, pero antes de que pudiera profundizar, escuchó los pasos de Duxo acercándose.

Aquino cerró el libro rápidamente y salió del estudio justo a tiempo para encontrarse con Duxo en el pasillo. Intentó mantener la calma y disimular su nerviosismo.

—¿Qué hacías en el estudio?— preguntó Duxo con una sonrisa curiosa, su voz tranquila y sin rastro de sospecha.

—Solo estaba buscando algo para leer— respondió Aquino, devolviendo la sonrisa. Sus ojos intentaban no delatar su reciente actividad y gracias a su mascarilla era más difícil leer su rostro. Duxo parecía satisfecho con la respuesta y le propuso dar un paseo por el bosque cercano.

Caminaban de la mano, disfrutando de la tranquilidad del entorno. La tensión de las dudas se disipaba momentáneamente en la presencia del otro. Cada paso que daban entre los árboles les acercaba más emocionalmente.

—Sabes, este lugar me recuerda a los bosques de mi hogar— dijo Aquino, mirando los árboles a su alrededor, sintiendo una mezcla de nostalgia y confort.

—Me alegra que te sientas cómodo aquí— respondió Duxo, apretando suavemente su mano. Había una calidez en su gesto que Aquino no podía ignorar.

Se detuvieron junto a un claro donde un arroyo serpenteaba a través del paisaje. Duxo se arrodilló y sacó de su mochila una manta que extendió en el suelo, haciendo un pequeño picnic

—Pensé que podríamos hacer un picnic— dijo, sacando algunas frutas y bocadillos. La sencillez del gesto hacía que el momento se sintiera aún más especial.

Aquino sonrió, sintiendo que el momento era perfecto para relajarse y disfrutar de la compañía de Duxo. Mientras comían, intercambiaban miradas y risas, dejando que el sonido del agua y los cantos de los pájaros crearan una atmósfera mágica. Parecía que todo alrededor conspiraba para hacer de ese día algo inolvidable.

Después de comer, se recostaron sobre la manta, mirando el cielo. Las nubes se movían lentamente, creando formas que ambos comentaban en voz baja. Aquino se acurrucó junto a Duxo, apoyando su cabeza en su pecho, sintiendo su respiración y el latido de su corazón.

—Gracias por estar aquí— susurró Aquino, cerrando los ojos y disfrutando del calor y el ritmo constante del corazón de Duxo. Sentía una paz que no había experimentado en mucho tiempo.

—Siempre estaré aquí para ti— respondió Duxo, acariciando suavemente el cabello de Aquino. Sus palabras eran más que una promesa; eran una declaración de su compromiso y afecto.

Aquino se dejó llevar por el momento, pero su mente seguía trabajando en las dudas que tenía. Sabía que necesitaba respuestas, pero también sabía que no quería arruinar lo que tenía con Duxo. Decidió que seguiría investigando discretamente, buscando más pistas antes de enfrentar a Duxo. Cada detalle importaba y quería estar seguro antes de tomar cualquier decisión precipitada.

Cuando el sol comenzó a descender, tiñendo el cielo de tonos naranjas y rosados, ambos regresaron a casa, sintiéndose más cercanos que nunca. Aquino estaba determinado a descubrir la verdad, pero también sabía que el camino hacia esa verdad sería difícil. El balance entre la sospecha y el amor se hacía cada vez más difícil de mantener. —¿Cómo podría amarte y desconfiar de ti de esta forma?..- dijo Aquino en su mente. Sabía que debía proceder con cautela para no dañar la relación que tanto apreciaba. Mientras caminaban de regreso, sus manos entrelazadas, Aquino miró a Duxo y se preguntó cuánto tiempo podría sostener esa dualidad sin que ambos se vieran afectados.

La noche caía lentamente, y al llegar a casa, se prepararon para descansar. Aquino se sumió en pensamientos mientras se acomodaba en su cama. La promesa de Duxo resonaba en su mente, y aunque la duda persistía, el amor y la cercanía que compartían le daban fuerzas para seguir adelante. Sabía que el futuro no sería fácil, pero estaba dispuesto a enfrentarlo con Duxo a su lado, esperando que al final, la verdad no rompiera la relación que tanto valoraba.

Again? [Duxino]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora