Mictia sostenía el libro entre sus manos, hojeando las páginas con una mezcla de aburrimiento y fascinación. La magia era un tema que siempre le había resultado difícil de entender, pero había algo en su complejidad que la atraía poderosamente. De repente, una página captó toda su atención. Aquino notó cómo su expresión cambiaba ligeramente, con una leve fruncida en su ceño que indicaba que algo la había sorprendido.
—¿Qué pasó? —preguntó Aquino, intrigado.
Mictia levantó la vista, sus ojos reflejando una mezcla de preocupación y curiosidad. —Este hechizo... no lo había visto antes. No es común. Necesitaré más tiempo para descifrarlo, pero... parece ser un conjuro de silencio, uno muy poderoso.
El corazón de Aquino empezó a latir más rápido. —¿Silencio de qué? —insistió, tratando de mantener la calma.
Mictia lo miró con seriedad. —No lo sé aún, pero este tipo de magia solo se usa cuando se quiere esconder algo realmente importante.
Ambos se miraron, confusión y preocupación entrelazándose en sus miradas. La posibilidad de que Duxo pudiera estar involucrado en algo tan oscuro pesaba en sus pensamientos.
—¿Crees que Duxo podría ser el responsable? —preguntó Mictia, dudosa.
—No lo sé... tal vez sea algo más —suspiró Aquino, intentando mantener la calma, aunque la duda lo consumía por dentro.
Mictia respiró hondo y se ofreció a quedarse con el libro para estudiarlo con más detalle. —Será mejor que yo me quede con el libro, ¿sí? Lo estudiaré sola. No te preocupes, Aquino, será mejor que vuelvas con Duxo antes de que se preocupe demasiado —dijo Mictia con una pequeña sonrisa, intentando calmarlo.
Aquino asintió, agradecido por la ayuda, y se despidió de ella antes de regresar a casa. Pero mientras caminaba, no podía dejar de pensar en todas las posibilidades que el hechizo podría implicar. Cada paso que daba lo acercaba a la puerta de su casa, pero su mente estaba atrapada en un torbellino de pensamientos.
Cuando finalmente abrió la puerta, se encontró con Duxo, quien lo recibió con una gran sonrisa. Aquino sintió una mezcla de alivio y agotamiento al verlo.
—Te estuve esperando —dijo Duxo, con una chispa de alegría en sus ojos. —¿Por qué no hacemos algo juntos? Podríamos cocinar algo especial para la cena, como solíamos hacer.
Aquino asintió, sin ganas de rechazar la propuesta. Aunque estaba mentalmente agotado, la idea de pasar tiempo con Duxo le ofrecía un respiro temporal de sus preocupaciones. Mientras preparaban los ingredientes, Duxo llenaba el silencio con pequeñas bromas y comentarios sobre su día, pero Aquino apenas lograba prestar atención.
En un momento, Duxo se detuvo y lo miró fijamente, con sus manos descansando sobre la encimera.
—Aquino... —comenzó, con una voz más seria—. Siento que algo te preocupa. No tienes que ocultármelo.
Aquino sintió un nudo en la garganta. La sinceridad en los ojos de Duxo lo desarmó por completo, y por un instante deseó poder confesarle todo, acabar con las dudas que lo atormentaban. Pero algo en su interior lo detuvo.
—Estoy bien, de verdad —dijo finalmente, aunque sabía que no era del todo cierto. —Solo ha sido un día largo, eso es todo.
Duxo no pareció completamente convencido, pero no insistió. En lugar de eso, se acercó y lo abrazó por la espalda, apoyando su barbilla en el hombro de Aquino.
—Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea, ¿verdad? —susurró Duxo con una voz suave. —Siempre estaré aquí para ti.
Aquino cerró los ojos, permitiéndose disfrutar del momento aunque su mente seguía llena de incertidumbre. Acarició suavemente las manos de Duxo, sintiendo la calidez de su tacto, pero no pudo evitar que la duda persistiera como una sombra en su corazón.
Más tarde, durante la cena, Aquino notó que Duxo evitaba cuidadosamente ciertos temas de conversación, especialmente aquellos relacionados con su mundo, como si supiera que Aquino estaba al borde de romperse. Esa sutileza solo incrementó las sospechas en Aquino. ¿Estaba Duxo evitando algo? ¿O simplemente intentaba no incomodarlo? La línea entre la paranoia y la realidad se hacía cada vez más difusa para Aquino.
Duxo, percibiendo el desánimo de Aquino, tomó su mano y lo llevó afuera.
—Quiero que te relajes. He preparado algo especial para nosotros —dijo Duxo, su voz cargada de una dulzura que hizo que el corazón de Aquino se encogiera.
—¿Algo especial? —preguntó Aquino, intentando distraerse de sus pensamientos.
Duxo asintió, sonriendo con un brillo en los ojos. —Sí, lo vi en un libro y pensé que te gustaría. Es un pequeño hechizo para hacer que las estrellas brillen más esta noche, solo para nosotros.
Aquino lo miró, su corazón dividido entre la ternura que sentía hacia Duxo y la creciente sombra de sus sospechas. "¿Esconder algo realmente importante?" La frase de Mictia resonaba en su mente.
—Duxo... —comenzó Aquino, su voz cargada de emociones encontradas—. ¿Por qué haces todo esto por mí? Quiero decir, es como si intentaras... no lo sé, mantenerme distraído.
Duxo lo miró sorprendido, su sonrisa se desvaneció un poco. —Lo hago porque te amo, Aquino. Y porque sé que has estado preocupado por algo. No sé qué es, pero quiero que sepas que estoy aquí para ti, siempre —dijo Duxo con sinceridad.
Aquino sintió una punzada de culpa en el pecho. Quería confiar en Duxo, pero cada vez le resultaba más difícil ignorar las señales. Aún así, se permitió ser arrastrado por el momento. Se abrazó a Duxo, buscando consuelo en su cercanía.
—Lo siento... yo también te amo —murmuró Aquino, sintiendo el peso de sus palabras mientras se acurrucaba más cerca de Duxo.
Duxo lo sostuvo con fuerza, como si temiera que Aquino se alejara. —Eso es todo lo que necesito escuchar —susurró Duxo, mientras acariciaba suavemente su espalda.
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Mictia volvió a sentarse en su lugar, abriendo el libro una vez más. No podía dejar de pensar en el hechizo de silencio que había encontrado. Había algo en él que le parecía extrañamente familiar, como si lo hubiera visto en algún otro lugar.
Pasó sus dedos por las páginas, deteniéndose en los símbolos que componían el conjuro. Algo en su interior le decía que no debía ignorar lo que había encontrado. Fue entonces cuando se percató de algo: un símbolo al margen, casi oculto entre las palabras del conjuro. Lo había visto antes, en un libro antiguo que Duxo había mencionado en una ocasión, un libro sobre hechizos prohibidos.
Mictia sintió un escalofrío recorrer su espalda. "¿Por qué Duxo sabría sobre esto?" pensó, su mente girando con posibilidades. Decidida, empezó a revisar el resto del libro, buscando cualquier pista que pudiera corroborar sus sospechas.
Después de lo que parecieron horas, encontró una nota oculta entre las páginas. Estaba escrita en un lenguaje antiguo, pero con el poco que sabía, logró descifrar lo suficiente como para comprender su gravedad: "El hechizo del silencio es el más efectivo para mantener las verdades ocultas en la oscuridad. Aquellos que lo usan lo hacen para protegerse de sus enemigos... o para ocultar su propio engaño."
Mictia se quedó helada, sus pensamientos se aceleraban. "¿Podría ser que Duxo...?" Pero antes de que pudiera procesarlo, escuchó un ruido detrás de ella. Se giró rápidamente, cerrando el libro de golpe, solo para encontrarse con la mirada inquisitiva de Soaring, quien había llegado sin ser anunciado.
—¿Qué haces aquí sola?— preguntó Soaring, notando la expresión tensa en el rostro de Mictia.
Mictia se forzó a sonreír, intentando ocultar su preocupación. —Nada, solo revisando algo— respondió, tratando de sonar despreocupada. Pero Soaring la conocía demasiado bien para ser engañado tan fácilmente.
—No parece que sea solo "nada"— comentó él, acercándose—. ¿Qué has encontrado?
Mictia dudó por un momento, pero decidió compartir lo que había descubierto. —Es un hechizo de silencio, pero no es un hechizo común. Creo que Duxo podría estar relacionado con él— dijo en voz baja, observando la reacción de Soaring.
Soaring frunció el ceño, tomando un asiento frente a Mictia. —Eso suena serio. ¿Qué vas a hacer?
Mictia suspiró, insegura. —No lo sé, pero primero necesito hablar con Aquino. No quiero que tome decisiones apresuradas sin saber en lo que se está met
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Again? [Duxino]
FanfictionDuxo busca desesperadamente a Aquino, quien desapareció sin dejar un solo rastro. Aquino aparece de nuevo, pero este no es el Aquino de su universo, incluso se hace llamar by2002. UA Duxo x Aquino (Duxino) Esta historia está basa en los hechos de...