Capítulo 23

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[perdón si cambió mucho la portada, es que aún no me decidía😭 , pero les juro que esta va ser con la que se queda. Créditos al autor del fan art, se los dejo ahí completo para que lo miren.]

Aquino tomó una última bocanada de aire, permitiéndose observar su entorno una vez más. El amanecer se filtraba a través de los árboles, envolviendo la casa de Mictia en una luz dorada y suave. Con un suspiro agotado, entró de nuevo a la casa, el peso de su decisión presionando su pecho. Mictia y Duxo lo recibieron con miradas llenas de preocupación y ansiedad, el silencio entre ellos cargado de emoción.

—Creo que ya decidí lo que quiero... —dijo Aquino, su voz temblando ligeramente. Los ojos de ambos chicos se fijaron en él, expectantes.

—Quiero volver a mi mundo —declaró Aquino, la resolución en su voz contrastando con el dolor en su corazón.

El rostro de Duxo se desmoronó momentáneamente. Forzó una sonrisa, sus ojos brillando con tristeza mientras se preparaba para dejarlo ir. —¿En serio? Si eso es lo que realmente deseas, lo acepto —dijo Duxo, su voz cargada de emociones que luchaba por mantener bajo control.

Mictia, con una expresión de comprensión profunda, dio un paso hacia Aquino. —Sabes que no tienes que tomar una decisión definitiva ahora mismo. Relájate un poco, ¿sí? —dijo Mictia, tratando de calmar la tensión palpable en el aire.

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Duxo salió al exterior, buscando el consuelo del aire fresco mientras el peso de la despedida se asentaba sobre sus hombros. El adiós se acercaba más de lo que había imaginado, y la realidad de dejar ir a Aquino se hacía cada vez más dolorosa. Respirar profundamente le ayudaba a prepararse para la despedida, Aquino le había enseñado a amar.

Mientras tanto, Mictia y Aquino trabajaban juntos en la activar el artefacto. La tarea era sencilla, pero cada movimiento estaba cargado de una delicadeza silenciosa.

—Llévate el artefacto contigo —dijo Mictia, entregándole el objeto con una sonrisa alentadora—. Con él podrás regresar aquí cuando lo desees.

—Gracias, Mictia —respondió Aquino con una sonrisa suave, sus ojos llenos de gratitud.

—A veces, no estamos seguros de lo que queremos. Tómate el tiempo que necesites para pensar —le dijo Mictia, devolviendo la sonrisa con ternura. Aquino asintió, sintiendo el peso de sus palabras mientras se preparaba para irse.

Con el artefacto listo, Aquino se levantó y salió al encuentro de Duxo. Lo vio de pie, con la mirada fija en el suelo, su tristeza palpable. Aquino sintió un nudo en el estómago mientras se acercaba.

—El artefacto ya está listo... Me tengo que ir —anunció Aquino, su voz temblorosa.

Duxo levantó la vista, sus ojos reflejando una tristeza profunda. No dijo nada, solo apretó los labios y lo miró con una mezcla de desolación y esperanza. —Ten un buen viaje —dijo finalmente, su voz temblaba ligeramente.

Las palabras de Duxo dejaron a Aquino con el corazón encogido. No sabía cómo expresar todo el amor y la tristeza que sentía. Los dos se miraron a los ojos, y en esos segundos silenciosos, la despedida se volvió una eternidad de sentimientos no expresados.

Aquino volvió con Mictia, quien le ofreció una sonrisa triste pero cálida. —Nos vemos, Aquino. Sabes que eres como un hermano para mí —dijo Mictia con un tono suave.

—Lo sé... Nos vemos —respondió Aquino, abrazándola con fuerza, sintiendo el consuelo en su abrazo.

Con un último vistazo, Aquino activó el artefacto, que abrió un portal hacia su mundo. A través de él, vio el paisaje familiar y reconocible de su hogar. Con el corazón acelerado, dio un paso hacia el portal, y este se cerró suavemente detrás de él.

Duxo encontró a Mictia sola. Las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos al darse cuenta de que Aquino ya se había ido. —Sabía que si lo miraba irse, no podría soportarlo. Lo detendría... —su voz se quebró, el dolor evidente en cada palabra.

Mictia colocó una mano reconfortante en el hombro de Duxo, compartiendo su tristeza y comprendiendo el dolor de la partida. Ambos se quedaron allí, en silencio, consolándose mutuamente en la ausencia de Aquino, mientras el eco de su partida resonaba en sus corazones.

—Lo hiciste bien al dejarlo ir, debemos tener esperanzas en que no sea una simple despedida- dijo en un tono suave intentado reconfortarlo.
Duxo secó sus lágrimas y suspiró agotado, ella tenía razón después de todo.

[Ya nos encontramos cerca del final:3]

Again? [Duxino]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora