𝟦𝟤. 𝐬𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 𝐥𝐨 𝐬𝐮𝐩𝐞𝐫𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐣𝐮𝐧𝐭𝐨𝐬

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│ ┆ ✐; siempre lo superamos juntos.


     Habían decidido casarse en julio, sacando provecho al verano de Inglaterra. Estuvieron en duda por bastante tiempo, debido a que no sabían cuál sería el lugar correcto, pero tampoco querían esperar tanto tiempo; por lo que llegaron a la conclusión que Inglaterra sería el lugar. 

     Sin embargo, sus planes surgieron un cambio cuando Lisandro se lesionó en un partido contra el Sevilla, a unos dos meses de casarse. 

     Apenas Martí llegó a la sala de enfermería, luego de salir corriendo al ver como Acuña y Montiel lo sacaban de la cancha, Lisandro no hizo más de que disculparse una y otra vez porque aquel imprevisto arruinaría sus planes. 

     —No, basta —lo detuvo—. Lo más importante ahora es saber qué pasó y que te mejores —exclamó, acariciando su cabello—. Después nos encargamos de eso. 

     La cabeza de Lisandro se escondió contra el cuerpo de Mar, y sollozó contra ella. No entendía por qué le estaba ocurriendo aquello, todo bien tan bien. El mundial, comprometerse con la única chica que había amado, haber ganado Carabao Cup con el United. 

     —Lo arruiné todo —El corazón de la rubia palpitó con fuerza al oír solo esas tres palabras, mientras sentía las manos de Licha aferrarse a su cuerpo—. Nuestra boda, al equipo... Dios, ¿por qué? 

     Mar tomó la cabeza entre sus manos y la levantó, para que sus ojos se conectasen. 

     —¿Cómo esto va a ser culpa tuya, amor? Le pudo pasar a cualquiera. 

     —¿Pero por qué ahora? ¿Por qué a mí? 

     Con sus pulgares acarició ambas mejillas y besó su frente: —Lo que más importa ahora es que te recuperes, después viene lo demás.

     —Me sorprende que no hayas aparecido puteando a todo el mundo, —se tomó una pausa antes de continuar— otra vez. 

     —No me recuerdes aquel día porque todavía tengo bronca. Tuviste que haberme dejado darle una buena trompada. 

     —Fue un accidente, amor.

     —¿Qué me importa? No se disculpó ni nada con vos. Una buena piña y lo educaba como se debe. 

     Aquello sacó una risa de Lisandro. 

     Accidentalmente, le habían dado un golpe por debajo de la ceja derecha, creando un corte en aquella zona, con tan solo menos de 10 minutos de partido. Martina no había tardado en levantarse de la silla y putear de arriba abajo porque habían lastimado a su pareja. 

     Incluso, luego de asegurarse que estuviese bien, no detuvo su enojo. Aunque una parte de ella se le había ablandado el corazón al verlo con el vendaje y su felicidad tras hacer su primer gol con el equipo. 

PAPER RINGS | Lisandro Martínez ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora