Samsara V

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¡Hola, bebé! Soy Lulu.


-¡Escucha! ¡Tania! Si estas pizzas vuelven a llegar tarde tu cabeza será la que caiga! ¡¿De acuerdo?! No puedo permitirme más pérdidas por ti.

-¡A la orden, papá!

-¡Aquí soy tu jefe! ¡Andando! Que hoy los pedidos a los que comen fuera del nuevo parque de diversiones están que arden ¡Así que no pierdas tiempo, si pierdes el tiempo estás gastando mi dinero!

-¡A la orden, papá!




























Hace no mucho la vida ha dicho hola, el adiós lucha por hacerse presente, el aliento de los débiles resuena sobre las dulces olas danzantes del cielo, el atardecer nace por la noche y la Luna llena se asoma por el día. Hace no mucho nada parecía tener fin, hace poco todo parecía llegar a un inevitable final con una nueva y hermosa sorpresa resoplando sobre el mañana del ayer conocido como ahora.

¿Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que nos vimos?, ¿Hace cuánto te deleitas con la más linda historia de amor jamás contada?... ¿Hace cuánto fue que todo terminó? Pues, para ser sincero creo que las personas han distorsionado la historia dándole un significado muy superficial al inicio y al final cuando su respuesta puede llegar a ser más que poética: puede ser real.

¿Quién es ella? Tal vez la madre más hermosa de todo el mundo, la mas tierna y la más feliz de toda la historia, o al menos eso piensan sus hijos.

Una tarde como cualquier otra en un mes cualquiera en el que los niños pueden disfrutar de unas hermosas vacaciones con los seres queridos. Aquella linda madre se encuentra agradecida de regresar al que alguna vez llamó su hogar. Sí, puede que hayan pasado miles de cosas antes de formar su propia vida en su propia historia, pero ahora que es madre de nuevo sabe ponerse en el lugar de sus padres y agradece a Dios y al cielo que todavía tiene tiempo para verlos y hablar con ellos, pero sobre todo tiene el momento perfecto para amarlos.

Al llegar a la que alguna vez fue su casa decide apreciar por un momento todo lo que su historia dentro de aquel hogar representa, se da un momento para recordar, terminando por sonreír al sólo pensar en aquellas cosas buenas que vivió junto a las personas que más ama en el mundo entero.

-Oye, mami- una hermosa pequeña de cabellos castaños muy oscuros con ojos del color de los más hermosos robles que adornan a la sonrisa más bella de su familia decide que la paciencia no es su virtud y sólo apresura a sus padres para lo que está por llegar.

-Dime, mi cielo- respondió su madre mientras sus lentes se empañaban por los recuerdos de tan hermoso y trágico pasado.

-¿Ya podemos pasar? Le prometí a mi abuelita que cocinaría galletas con ella ¡Y haríamos café con leche de avellanas juntas!

-Reachel, creo que ya habíamos hablado de la política de los dulces en la casa de tus abuelitos, ¿Recuerdas esa última vez de ustedes dos con ellos?

-Ouh, ¡Pero, mami! ¡Solo subimos tres kilos!- la triste sonrisa clemente de Reachel decía todo, ¿Por qué no disfrutar de los mimos de sus abuelos por al menos una triste semana?

-¡Así es, ma!- al parecer ellas no eran las únicas que iban de visita, una tercer personita se hizo presente bajo los asientos del auto en el que viajaban -es solo que mi abuelita comenzó a hacer de comer... Y... Bueno... No dejó de hacer de comer...

-Ustedes sí que son increíbles- dijo su madre sonriendo como siempre ha hecho. Después de un par de minutos de disparates familiares aquella joven mamá decide entrar a la casa que alguna vez llamó hogar, la misma dónde alguna vez incluso encontró el amor. No hizo falta que entrara para ser recibida con lágrimas de su padre (que también la hicieron llorar) y abrazos de su linda madre, los tres se fundieron en un cálido abrazo como en los viejos tiempos en los que sólo eran ellos contra el mundo.

Eres la C8H11NO2 que acelera mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora