Amistades en la cuerda floja

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X: -¡Tranquila, Cristine! ¡Solo era una broma!- dijo la voz, mientras se quejaba por el golpe. Finalmente, abrí los ojos.

Yo: -¿Draco? ¿Estás bien? ¿Qué haces aquí?- pregunté mientras me acercaba para verificar su estado. -Perdona, solo estaba defendiéndome. Debiste decir algo para que no te golpeara- agregué, tratando de quitar sus manos de la cara para examinar lo que había ocasionado mi golpe. "Oh no, está sangrando", pensé, alarmada.

Draco: -¡Duele! ¿Qué me hiciste? ¡Mira mis manos! ¡Me voy a morir! ¡Me voy a desangrar!- estaba fuera de control

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Draco: -¡Duele! ¿Qué me hiciste? ¡Mira mis manos! ¡Me voy a morir! ¡Me voy a desangrar!- estaba fuera de control.

Yo: -Cálmate, Draco. Vamos a la sala común, te curaré. No es nada grave- le ofrecí ayuda, pero al intentar tomar su mano, sentí un dolor agudo.

Draco: -¿Estás bien, Cristine? ¿Qué te hiciste en la mano?- preguntó mientras observaba mi mano.

Yo: -Solo me duele un poco, pero estoy bien- respondí con calma, aunque al mirar mi mano, noté que mis nudillos estaban rojos y mi muñeca inflamada -Tranquilo, lo tuyo está peor- dije riendo

Draco: -No es gracioso, Cristine. En serio me duele, aunque ya no está sangrando. Vaya, qué fuerza. Recuerda me no meterme conmigo en una pelea- dijo sarcásticamente.

Cuando llegamos a la sala común, me dirigí a mi habitación y saqué mi botiquín. Siempre llevaba algo de medicina conmigo, solo por si acaso. Agradecí tener esas cosas a mano y bajé silenciosamente para no despertar a nadie.

Yo: -Bien, aquí está- dije en voz baja.

Draco: -¿En serio? ¿Tienes un botiquín?- preguntó divertido mientras se acomodaba en el sillón.

Yo: -No lo sé, siempre me gusta tener algo de medicina para mis amigos o para mí... nunca se sabe si mañana me caeré y me lastimaré. No iré con Madame Pomfrey solo por un raspón, me curaré yo misma y listo- respondí sonriendo mientras sacaba alcohol y algo de algodón para limpiar la sangre.

Draco: -Ahora ya sé a quién pedir ayuda si me llega a pasar algo así- dijo sonriendo.

Draco no paraba de quejarse de dolor contra la almohada; era bastante gracioso verlo en esa situación. Una vez que terminé de curarlo, le di una funda con un hielo que encontré de alguna manera en una bebida que había en la mesa de la sala común, para que su nariz no amaneciera tan inflamada.

 Una vez que terminé de curarlo, le di una funda con un hielo que encontré de alguna manera en una bebida que había en la mesa de la sala común, para que su nariz no amaneciera tan inflamada

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Bajo el manto de las sombras 🩶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora