En un rincón olvidado del mundo mágico, en las sombras de la historia, se oculta un misterio que podría cambiar el destino de una joven hechicera. Cristine Snape, hija de Severus Snape, desconoce por completo su verdadero linaje y el legado que lle...
En mi camino hacia el hogar de Lily, los pensamientos sombríos me abrumaban, pues me había demorado más de lo previsto al solicitar ayuda a Dumbledore.
"La verdad, no imaginé que Dumbledore se negaría. Siempre hemos hablado sobre este día, nos hemos preparado para la profecía que la profesora Trelowney mencionó y solo dejará las cosas así. Solo espero que el ataque no haya comenzado. No me perdonaría el no haber estado allí para protegerlos", murmuraba mientras la ira y las lágrimas me consumían.
Finalmente llegué a la casa como cada noche, pero esta vez sabía que serían atacados por Voldemort. Al acercarme nervioso, noté la puerta destrozada.
Yo: -¡No! ¡No puede ser! ¡James! ¡No! ¡Yo... lo siento!- exclamé desesperado, mientras agarré la mano ya fría de James, antes de recuperar la consciencia y gritar - ¡LILY!- me levanté de un salto y corrí por toda la casa, buscando en cada rincón.
Finalmente subí las escaleras, sin importarme nada, solo debo asegurarme de que Lily esté a salvo. Al no encontrarla, supuse que logró escapar con sus pequeños. Recobré un poco la esperanza hasta que vi otra puerta destrozada y, al entrar, divisé a lo lejos a mi amada Lily.
"¿Es un sueño, verdad? Sí, es un sueño... ¡Despierta, Severus!", me repetía a mí mismo, en un estado de shock. No sentía que fuera real, que fuera Lily quien yacía en el suelo.
-Por favor, despierta de esta maldita pesadilla!- Grité, sentándome en el suelo para abrazar delicadamente a Lily.
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-¡Lily! ¡Todo está bien! ¡Ya llegué! ¡Mírame! ¡Despierta, por favor! ¡Ya estás a salvo! ¡Debemos irnos antes de que vengan por nosotros!- Decía entre sollozos, sin tener consciencia de lo que estaba sucediendo y de lo que estaba diciendo.
No tengo claro todo lo que está pasando o tal vez sí, pero simplemente no quiero aceptarlo. Ya no hay motivos para separarme de mi Lily nunca más.
-Lily, despierta, vamos, querida, debemos irnos de aquí...- No podía contener las lágrimas mientras abrazaba con fuerza su cuerpo sin vida, recordando nuestros deseos de la infancia. -Querida recuerdas cuando me contabas tus deseos? Lo recuerdas? Teníamos 11 años...
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ Flashback
Lily: -Severus, ¿vamos a estudiar juntos, qué te parece?- dijo con alegría después de almorzar juntos.
Yo: -Por supuesto, te ayudo a cargar esos libros. Dámelos- respondí feliz de estar a su lado, aunque preocupado por la cantidad de libros que teníamos que estudiar.
