En un rincón olvidado del mundo mágico, en las sombras de la historia, se oculta un misterio que podría cambiar el destino de una joven hechicera. Cristine Snape, hija de Severus Snape, desconoce por completo su verdadero linaje y el legado que lle...
"X: -Cristine, no te acerques al espejo... pero ve al espejo... mírame!- gritaba, su voz resonaba confusa, emitiendo múltiples mensajes a la vez."
Me desperté sin energía, con dolor de cabeza tras el torbellino de palabras. Aunque no quería levantarme, sé que Harry debe estar pasando por un momento aún más difícil. Le prometí que no lo dejaría solo, así que debo ir.
Me preparé para bajar a desayunar, pero antes decidí pasear junto a Grimble por el lago. La vista de Hogwarts por la mañana es como estar inmerso en un sueño. "Si esto es un sueño, no quiero despertar".
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Al entrar al Gran Comedor, vi a Harry sentado a un lado, absorto en la contemplación de un árbol de Navidad. No pareció notar mi presencia, ya que Ron, George, Fred y Percy me hicieron gestos para que me uniera a ellos. Con un ánimo un poco más elevado, me acerqué y tomé asiento. Me preguntaron cómo estaba y otras cosas mientras comenzábamos a comer, pero noté que Harry permanecía inmóvil.
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Yo: -Ya vuelvo- dije al levantarme y dirigirme hacia Harry. -Hola Harry- saludé al sentarme a su lado y mirar el árbol junto a él.
Harry: -Hola Cristine- respondió él sin entusiasmo.
Yo: -¿Quieres jugar a algo para animarte?- intenté sugerir.
Harry: -No- respondió Harry sin más.
Yo:-¿Qué les parece si jugamos ajedrez?- propuso Ron mientras se sentaba también junto a Harry.
Harry: -No-, insistió.
Ron: -Y si vamos a visitar a Hagrid- sugirió mientras tocaba un adorno del árbol.
Harry: -No, mejor vamos a comer- respondió Harry levantándose sin entusiasmo. Lo seguimos y finalmente cenamos con los demás, sin intercambiar palabras.
Después de despedirnos, me dirigí a mi sala común, aún estaba sola, el problema es que me sentía sola, ya que siempre he disfrutado de mi propia compañía. "Supongo que no es lo mismo estar sola que sentirse sola", reflexioné mientras observaba el techo de la sala común. Aunque ver a mi madre me afectó profundamente, aún así deseaba volver a verla. "Iré a verla", decidí con determinación, cubriéndome con mi capa.
