Ya no seré una carga

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Prov Cristine Snape

No he parado de llorar durante toda esta semana, me siento tan cansada, no he podido dormir, apenas logro dormir solo una o dos horas. Es horrible, porque en cada sueño, escucho muchas voces, que tampoco me dejan dormir y mis ojeras han ido creciendo cada vez más. No he comido durante estos días, trato, pero solo quiero vomitar, no tengo apetito. Quisiera ya no estar aquí, solo así dejaría de sentirme así.

"Solo quisiera estar con mi padre, creí que estaría con él más tiempo", pensé mientras trataba de dormir.

"X: -¿Lo ves? Tenía razón.", decían diferentes voces en la oscuridad.

Cuando volví a despertar, la voz seguía resonando en mi cabeza, se repetía una y otra vez, pero mis lágrimas ya cesaron. "Él no estuvo en todo este año, puedo aguantar un poco más.", trataba de consolarme.

Comencé a alistarme para salir, necesito salir de aquí, todo me recuerda a mi padre, mi infancia. Absolutamente todo aquí me hace llorar, creo que me iré. De pronto recordé mi llave y fui a buscarla.

-Así que tengo una bóveda en Gringotts- dije sonriendo a mi lechuza, Grimble.

"Será mejor que me vaya de aquí, debo mudarme, si comenzaré una nueva vida... debo comenzar todo desde cero... ¿no?", pensaba.

"No sé porqué sabía que debía mudarme, pero solo seguiré mi intuición, después de todo.. ha pasado una semana desde que mi padre se fue.", pensé mientras daba una última mirada a toda la casa.

"Extrañaré mi antigua vida... a la vida que tenía antes de entrar a Hogwarts... adiós y gracias por todo", repetía en mi cabeza con lágrimas en los ojos.

Lo único que llevé conmigo fue mi lechuza Grimble, mi capa de invisibilidad, la caja que me regaló mi padre, mis maletas de Hogwarts y el álbum de fotos. "No quisiera llevar toda mi ropa, porque no quiero llorar cada que la use", pensé mientras cruzaba la calle.

Finalmente, llegué a Gringotts y logré sacar algo de mi dinero, al parecer ya tenían algún aviso de que vendría aquí y que debían dármelo sin necesidad de que alguien mayor esté a mi lado.

Había escuchado a varias personas hablar sobre una casa que estaba en venta, además habían varios anuncios de la misma mansión en el periódico "el profeta"

-¿Qué te parece Grimble? Iremos a Wiltshire- le dije a mi lechuza mientras seguía leyendo el periódico.

Sé que no me entiende o tal vez sí, pero igual no tengo con quién más hablar, solo me divierte ver las caras que pone.

-Bien, iremos allá, no se diga más- dije decidida.

Usé mis polvos flu y llegamos en segundos a Wiltshire. Me dirigí hacía la casa que estaba en venta. El precio estaba un poco elevado, pero no habían más opciones. De todos modos la casa me encantó, así que es perfecta. "Solo hay un problema... es demasiado grande para mí, pero podré invitar a mis amigos en algún momento.", pensé mientras la pagaba.

Comencé a ordenar el lugar y pude notar que a Grimble le encantó la mansión, volaba por todo el lugar a toda velocidad, hacía piruetas, estaba feliz

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Comencé a ordenar el lugar y pude notar que a Grimble le encantó la mansión, volaba por todo el lugar a toda velocidad, hacía piruetas, estaba feliz. Después de unas horas le encargué a Grimble que fuera a dejar las cartas a Ron, Hermione y Harry, ya que debían saber mi nueva dirección.

Grimble llegaba al anochecer, así que decidí salir en la tarde, estuve caminando fuera, conociendo los alrededores.

"No puede ser... hubiera preguntando sobre las personas que viven cerca de aquí, antes de comprar esta casa...", pensé irritada al enterarme.

"Draco vive a lado mío... ¡Genial! Mi nuevo hogar, nada puede ir peor", pensé enojada.

Finalmente, anocheció y Grimble llegó, ya no estaba tan sola. Sin embargo, no pude dormir por pensar en mi padre. "¡No sé cómo pudo abandonarme!", fue mi último pensamiento antes de quedarme profundamente dormida.

Después de varias semanas...

La nueva casa me encanta, pero no me ayuda en nada en cuanto a mi soledad, ya que es grande y eso me hace sentir aún más sola, pero no me iré. Para mi suerte jamás me he topado con Draco o sus padres. "De seguro sus padres son igual que su hijo", pensaba mientras desayunaba.

Ya estoy más calmada sobre el tema de mi padre, pude sobrevivir sin él, pero siempre lo extrañaré. Espero al menos verlo en clases, aunque no me dirija la palabra, con verlo estaré bien.

Lo que me mantenía serena eran las cartas de mis amigos, menos Harry, no he sabido nada de él en todo este tiempo, no ha pasado mucho, pero lo extraño, debo ir a visitarlo, tal vez lo traiga conmigo, ya que Ron me dijo que sus tíos lo maltratan.

Hoy estoy más feliz que nunca, ya que Fred me ha estado escribiendo durante todo este tiempo y quedamos en vernos hoy, iré a su casa, ya que su madre nos invitó a cenar, pero Hermione no podrá asistir y bueno evidentemente no hubo respuesta de Harry.

Salí rápidamente al callejón Diagon, ya que quedamos en vernos allí. Llevé conmigo a Grimble, ya que no puede estar en paz en la mansión sin mí. Comenzó a anochecer y Grimble comenzó a moverse de un lado a otro, él ambiente del callejón se puso algo extraño. "¿Qué pasa?", pensé algo inquieta.

Me puse a leer el periódico, para no pensar en el ambiente del callejón, me sentía como una señora, ya que mi padre solía estar sentado durante horas leyendo el periódico. "¿Dónde estará mi padre?¿Estará bien? ¿Estará enterado de mi nuevo hogar?", mi mente comenzó a inundarse de preguntas sobre mi padre, por lo que no me di cuenta que mientras yo cruzaba la calle, un auto también pasaba.

-Padre...- dije mientras alguien me tomaba de mi rostro y decía algo, pero no lograba ver su rostro ni escuchar lo que decía.- ya no seré una carga...- fueron mis últimas palabras antes de que todo quede oscuro.



Bajo el manto de las sombras 🩶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora