Capítulo 4. Cita

444 58 13
                                    

El restaurante que Katsuki eligió era elegante, pero no de etiqueta obligatoria, quizá sería más apropiado decir que era lindo. Había familias y otras parejas cenando con música de piano en el fondo, en un ambiente que se describiría como agradable y relajado.

Era todo lo contrario a como se sentía Izuku.

El omega estaba muriendo de los nervios, no recordaba para nada hace cuánto había sido su última cita, de hecho, solo estaba seguro de que había sido hace mucho tiempo.

Izuku había escuchado de ese lugar, la comida era buena, el ambiente era espléndido igual que el servicio, había que reservar con tiempo mínimo de una semana, lo que le hizo pensar que Katsuki quizá había planeado esto mucho antes, aunque no podía ser, no tenía forma de saber que Izuku diría que si, ¿estaba así de confiado?

La respuesta llegó a él cuando la Hostess saludó a Katsuki como un amigo, él escuchó perfectamente cuando la beta le dijo:

—Deja que te consiga una mesa.

Nervioso como estaba, pasaron entre los reducidos pasillos con la beta guiándolos hasta una mesa vacía, casi se tropieza con sus propios pies y en el proceso pasó a traer la silla de otro comensal.

Katsuki volvió la mirada para encontrarlo disculpándose por su torpeza. Cuando la chica les enseña su mesa, se despide y Katsuki le contesta:

—Gracias Mina, te debo una.

El alfa retiró la silla para darle espacio a Izuku, él tomó asiento sintiéndose langosta en olla, comenzó a cuestionarse la razón para estar comportándose de esa manera.

Estaba tan inmiscuido pensando y murmurando que no se dio cuenta de que Katsuki estaba intentando llamar su atención, sino hasta que el mesero puso la carta frente a él.

Noto entonces que el alfa se aclaró la garganta.

—Lo siento, ¿qué me decías?

Katsuki sonrió dejando ver ese colmillo afilado que siempre sobresalía, Izuku tragó saliva para humedecer la garganta.

—¿Por qué estás tan nervioso?

Izuku suspiró. —Para ser sincero, es mi primera cita en mucho tiempo y honestamente, aún no sé cómo me siento respecto a salir con mi jefe.

El pecoso vio como la expresión de Katsuki cambió. Por supuesto, el comentario no le agradó.

—Quiero decir. Si alguien nos viera, ¿no tendrías problemas?

Katsuki movió la cabeza de un lado al otro mientras miraba ligeramente hacia arriba, pensando. —Tal vez, pero no me importa.

Eso, envío un escalofrío por toda su columna. —¿Tus amigos saben... Sobre esto?

Katsuki se aclaró la garganta. —A decir verdad, no exactamente, saben que siento interés por un interno, pero no que salimos hoy...

—Si supieran que soy yo...

—Oh ellos lo saben, no has recibido trato preferencial de nadie ¿o sí?

—Diría que no.

—Escucha, si te hace sentir mejor, prometo que solo lo sabrán mis allegados, Kirishima e Inasa cuanto mucho, el resto del hospital no tiene que enterarse.

—¿Eso está bien para ti?

Katsuki se encogió de hombros. —Si lo está para ti, sí.

El peli verde suspiró mirando la carta. Esto no se sentía bien, se sentía egoísta y le daba miedo lo que Katsuki pensara de él. Creía honestamente que pensaría que al pedirle no decir nada sobre su relación haría sentir a cualquiera como si se avergonzaran de él. No había manera de que Izuku se sintiera avergonzado de salir con Katsuki, él era maravilloso, gentil y estaba siendo extremadamente lindo con él, aceptando sus miedos e inseguridades y cediendo para darle tranquilidad.

Anatomia según IzukuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora