Capítulo 20. Término

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—Esos son los términos que exigió.

—¿Es todo? —preguntó estupefacto.

Esperaba más, creía honestamente que no sería tan sencillo. De hecho, el simple pensamiento de que su abogado lo llamaría en cualquiera momento para hablarle sobre la reacción de su aún esposa, lo traía estresado desde la semana anterior, cuando se envió la notificación.

Tanto así, que casi no había reparado en lo mucho que estaba afectando su sueño y descanso.

—Así es, ¿no te parece bien?

—No, está bien, es excelente, de hecho, estoy bien con ello. Gracias.

—Te avisaré si hay algún cambio.

—Bien, gracias —colgó el teléfono y suspiró.

Se sentía como si un enorme peso se le hubiera quitado de los hombros.

Emocionado con la noticia, Katsuki buscó por el hospital a Izuku, hasta que lo encontró en el pasillo de emergencias.

—Izuku...

El omega dejó de lado el expediente que revisaba para mirarlo, con esos lindos ojos esmeralda tan brillantes. Katsuki sonrió enternecido. Si tuviera un poco menos de autocontrol estaría encima del omega besándolo ya mismo. Iba a terminar colgándose a su espalda si él seguía siendo tan adorable.

—Quiero hablar contigo de algo... Importante. ¿Crees que tengas tiempo para cenar conmigo un día de estos?

—Claro, ¿cuándo?

—¿Puedes hoy?

—Sí.

—En ese caso, ¿te parece si te espero después del trabajo? Puedo prepararte Katsudon.

La sonrisa del omega se acentuó, incluso pareciera que sus mejillas se sonrojaron.

—Justo se me acaba de antojar un plato de Katsudon, me leíste la mente doctor Bakugo.

Katsuki no pudo evitar reír por ello.

—Entonces te espero.

—Bien.

Izuku se despidió, antes de continuar su día.

Honestamente, admitía que le había ganado la emoción, ¿qué se supone que quería hacer? Solo ansiaba decirle lo que pasaba a Izuku, quizá, y muy seguramente, esperando a que el omega considerara continuar su relación. Ahora Katsuki sería un hombre libre, ya no habría quien se interpusiera entre ellos, así que ¿por qué no?

Ellos podrían volver a intentarlo.

Por eso, estuvo ansioso todo el día. Pensando solamente en lo que podría decir Izuku cuando se lo propusiera. Él sería feliz incluso si el omega le decía que estarían juntos únicamente hasta que Katsuki estuviera divorciado definitivamente, de hecho, lo entendería perfectamente, después de todo ese había sido el inicio de sus problemas.

Por otro lado, también existía la posibilidad de que lo rechazara, después de todo sabía que Izuku tenía otros pretendientes y que incluso había tenido citas con ellos.

Pero cabía la posibilidad de que dijera que sí, la incertidumbre lo estaba matando.

Además, estaba el hecho de que Izuku estaba más hermoso que nunca, literalmente. El omega parecía brillar incluso si solo estaba parado esperando resultados o tomando apuntes, sonreía más hermoso y alegre que nunca, sus mejillas estaban sonrojadas todo el tiempo.

Parecía un ángel o una muñeca de porcelana, delicado y precioso.

Hace algunos días, la mañana que despertaron juntos, cuando él despertó por el cosquilleo provocado por esos rizos con olor a lavanda, dedicó casi medía hora a admirar lo lindo que se veía, lo notó ahí, quizás estaba loco, pero Izuku lucía diferente, incluso olía diferente.

Anatomia según IzukuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora