Capítulo 11. Crisis

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Cuando Izuku y Katsuki aparecieron en urgencias, Shinso y Aizawa ya estaban intentando controlar la crisis.

Oboro estaba sobre la camilla inconsciente, con el jefe de cirugía sobre su pecho aplicando compresiones.

—¿Qué ocurrió? —preguntó el cardiólogo corriendo al lado del paciente.

Shinso fue el que contestó.
—Taquicardia ventricular, no hay pulso.

—Nos reunimos para almorzar, estábamos bromeando, él estaba bien, —comenzó a decir un alfa rubio de lentes y cabello largo, parado a un lado de la puerta. —de repente se desplomó, parecía que no respiraba y se tomaba el pecho con cara de dolor, supe que era una crisis y llame a emergencias.

—¿Comió algo? ¿Alguna emoción fuerte?

Hizashi negó.

—Desfibrilador —pidió Bakugo. —Aizawa apártate, no puedes estar aquí.

Pero el pelinegro seguía sobre el beta presionando su pecho, muy tenuemente se podía escuchar como contaba.

—¡Aizawa!

Katsuki miró a Shinso, este miró a Izuku y el interno comprendió. Se acercó al jefe y tomándolo de los costados lo apartó del camino de Katsuki. Para sorpresa del omega, el siempre correcto jefe Aizawa parecía laxo y fuera de sí.

Apenas lo alejó un paso, inmediatamente Katsuki entró en acción.

Izuku no comprendía la razón del porqué el jefe no podía estar presente, aun así, lo escoltó todo el camino hasta la salida, seguidos del rubio de la cangurera.

Apenas vislumbró la salida de la habitación, Aizawa pareció volver en sí, no peleó ni fue agresivo, pero sí volvió la vista hacia atrás, en el preciso instante en que Katsuki daba una descarga en el cuerpo de Oboro.

—No dejes que se muera, Bakugo.

Pero Katsuki no lo escuchó.

—¡No dejes que muera!

Entonces Yamada se acercó para intentar calmarlo, Katsuki respondió desde adentro.

—No morirá.

.

.

.

—Oboro, Shota y yo siempre hemos estado juntos —le explicó Yamada cuando la crisis por fin pasó.

Izuku estaba completando el expediente de Shirakumo en la habitación a la que fue trasladado tras el alboroto.

Yamada era el único en la habitación mientras los demás intentaban averiguar qué desencadenó la crisis.

—Cuando nos enteramos de sus problemas cardíacos hace algunos años, Shota ya competía por el puesto de jefe de cirugía, pensamos que Oboro tendría mejores opciones si Aizawa lo respaldaba, —suspiró —pero conseguir un corazón, no es tan sencillo.

Izuku miró a Oboro aún inconsciente en la cama.

—Por eso el jefe Aizawa no podía estar presente.

Yamada asintió. —No puedes estar presente si estás relacionado con el paciente que atienden.

Aun cuando terminó el nuevo expediente, Katsuki y los demás no habían regresado. Él comenzaba a temer que se tratara de algo terrible. Sin embargo, no había tiempo para preocuparse por ello, su localizador sonó llamándolo para otra emergencia.

Una escena similar ocurrió de nuevo, un hombre con taquicardia ventricular apareció en la entrada, pero con Shinso ocupado en el caso de Oboro, Iida y él fueron los responsables esta vez.

Anatomia según IzukuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora